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domingo, 10 de septiembre de 2023

La broncemia, una enfermedad de la medicina moderna - Enfermedad propia de los que mandan

La Dra. Patricia Coral comparte un video La broncemia, una enfermedad de la medicina moderna, publicado el 11 de noviembre de 2011 y a la fecha 567,630 vistas.
 

 
 
"Francisco Occhiuzzi (drocchiuzzi@gmail.com), médico egresado de la UNC en 1965, Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía General, en Flebología y Linfología. 
 
En el desarrollo diario de su profesión, y en su actividad docente con médicos jóvenes, se preocupó por inculcar el valor que tienen la humildad y el afecto en la relación médico-paciente. Siguiendo este principio logró que la Clínica Jesús María, de la cual es Director, llegara a ser la primera Institución Médica Argentina en certificar en 1997, su Sistema de Calidad de la Atención, bajo Normas ISO 9000. 
 
Fue también el Director del Primer Curso de Pregrado llamado "La Calidad de la Atención Médica", de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba. En el mismo se analizó profundamente un nuevo encuadre en el vínculo médico-paciente. "

Existen algunos artículos sobre el tema y como se ha derivado a otras profesiones

"Broncemia", la enfermedad que pueden padecer los profesionales (Video) de 6 de marzo de 2019

"¿Conocen a algunas personas que padezcan de este mal caracterizado por la soberbia?
 
El video no es nuevo, pero el mensaje mantiene su valor. Se trata de una charla TED dada en noviembre de 2011 por Francisco Occhiuzzi, doctor en medicina y cirugía, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) en 1965.
 

En menos de 14 minutos explica de qué se trata un mal que denomina "broncemia", un padecimiento que —según él— los médicos y cualquier persona pueden llegar a sufrir cuando comienzan a ser víctimas de la soberbia.
 
"La 'broncemia' etimológicamente sería la cantidad de nivel de bronce en sangre", dice Occhiuzzi en tono metafórico. "Los médicos que la padecen, a medida que pasan los años, al comenzar a invadirse con bronce, creen que son próceres y sueñan con que su estatua de bronce alguna vez esté en el patio del hospital o de la clínica en la que trabajan".
 
Menciona que algunas de las características que presentan los profesionales con "broncemia" son la falta de capacidad para escuchar a los demás y la imposibilidad de sonreír.
 

El tratamiento contra la enfermedad, según Occhiuzzi, es educar a los jóvenes para ayudar a sus colegas, a sus colaboradores y a sus pacientes. "Hay que sembrar dentro de ellos para que florezca el espíritu de servicio", dice el experimentado médico.
 
El ponente contó que unos pacientes consultados dijeron que les interesa recibir de sus médicos detalles sencillos, como tocar la puerta antes de entrar a su habitación, que se despidan al salir y que los miren a los ojos al hablarles: "Ninguno pidió que encontraran la cura de su enfermedad, solo pedían respeto".
 
Occhiuzzi es especialista en cirugía general, en flebología y linfología. La charla de 2011 en YouTube sumaba más de 495 mil visualizaciones hasta este jueves."
 
 

 

La "broncemia", enfermedad propia de los que mandan
 
 

"La "broncemia", o acumulación de bronce en la sangre, es una enfermedad mental grave que se da con gran frecuencia entre los políticos, grandes banqueros, médicos famosos y otros miembros destacados de las élites. Los que la padecen, a medida que pasan los años y el bronce invade la corriente sanguínea, terminan creyendo que son estatuas de bronce que están situadas, por sus méritos y para admiración de todos, en las plazas y espacios públicos.

Se creen dioses, pero son tipejos cargados de soberbia, arrogantes y aislados que han perdido la noción de la realidad. El enfermo de broncemia pasa por dos etapas: la primera es el "Importantismo", en la que el infectado por el metal se cree tan importante que nadie es mejor que él; la segunda es la "Inmortalitis", que sobreviene cuando el bronce ya ha invadido todo su ser, lo que le lleva a sentirse inmortal, un ser infinito situado por encima de la muerte y del tiempo.

La broncemia se desarrolla, sobre todo, en los ambientes de poder e intelectuales, siendo sus dos ámbitos más propicios la Universidad y la Política, sobre todo esta última, donde la arrogancia y la egolatría inyectan inmensas cantidades de bronce en la corriente sanguínea de los políticos, que desarrollan síntomas muy agudos de "soberbia" y "solemnidad", típicos de la enfermedad. Pero se han observado casos importantes en otros estamentos, como la medicina, la Justicia, el deporte y la empresa.

La edad es un aspecto importante. La broncemia se desarrolla, generalmente, a partir de los 45 años, pero los casos más severos suelen producirse entre los 55 y los 65 años. El sexo también es un factor importante. La enfermedad es más frecuente entre los hombres, pero últimamente,con el auge del feminismo, los casos de mujeres invadidas por el bronce son cada día más frecuentes.

Los síntomas más característicos del broncémico son tres: la "diarrea mental", la "sordera interlocutoria" y el "reflejo cefalocaudal". La "diarrea" le hace hablar sin parar, de cualquier tema, hasta de lo que desconoce, con solemnidad, escuchándose a sí mismo, como si hablara desde un púlpito a seres inferiores; la "sordera" le impide escuchar y convierte al enfermo de broncemia en un ser desconectado de los que le rodean; el "reflejo cefalocaudal", por último, hace que el broncémico camine erguido, con la espalda rígida, con apariencia arrogante, como si fuera un Dios olímpico, quizás por acumulación de bronce en su columna vertebral.

Aunque la broncemia es una enfermedad antigua, casi tan vieja como el género humano, nunca se ha extendido tanto como en nuestro tiempo. Prácticamente todos los ciudadanos conocen a algún broncémico, fácilmente identificable por sus primeros síntomas: pierde la capacidad de sonreir, no sabe escuchar y habla sin parar, sobre todo de sí mismo.

La única medicina eficaz conocida contra la broncemia es el espíritu de servicio, una variedad del amor al prójimo que obliga a quien lo practica a estar más atento del otro que de él mismo. El espíritu de servicio es una actitud hacia los demás, que nos impulsa a satisfacer los deseos y necesidades del otro. Ese espíritu opera como una vacuna infalible y evita la broncemia con una eficacia total.

Los tres últimos presidentes del gobierno de España han sido broncémicos agudos. Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero contrajeron la enfermedad cuando ya habitaban en la Moncloa, mientras que José María Aznar llegó a la presidencia ya enfermo. Los tres perdieron el favor del pueblo como consecuencia de su broncemia, después de tornarse sordos, de practicar la diarrea mental y de perder el sentido del humor y de la autocrítica. Todos ellos se creyeron próceres casi eternos y, en algunos casos, como el de Zapatero, llegaron a creerse seres predestinados por el mismo destino para mandar y lastimosamente incomprendidos por su pueblo."


En primera persona
 
En clase comento con mis estudiantes, como docente debo evitar caer en broncemia y compartir el conocimiento, por que ahora se construye el aprendizaje cono el aporte de todos, el docente ya no está en un pedestal irradiando toda su sapiencia. 
 
Cito un ejemplo, contado el milagro y sin avisar el santo
 
Realicé un proceso para actualizar información en una Página web de una Entidad, esta información debía ser validada por un funcionario de otro Departamento C, por lo que en mi comunicación indiqué con todo gusto podía hacer la transferencia de conocimiento a la persona que designe.

En la respuesta indica, que el Departamento C sabia hacer su trabajo y que yo haga el mio.
 
A los pocos días un colaborador del Departamento C me contactó por cuanto necesitaba una explicación, con todo gusto le ofrecí y aprendí unos temas que no manejaba.
 

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