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jueves, 6 de noviembre de 2025

ABC, «Bienvenidos al futuro del español»: la RAE entra en una nueva dimensión gracias a la inteligencia artificial

 



"La institución presenta sus nuevas herramientas de IA. A partir de ahora podrá analizar más de un millón de palabras al día para buscar neologismos y estudiar su posible incorporación al Diccionario de la Lengua Española o a otras obras académicas
 
La inteligencia artificial se sienta en la RAE


Fue en 2019 cuando Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, habló por primera vez de LEIA (bello acrónimo de Lengua Española e Inteligencia Artificial). Aquel era un ambicioso proyecto que pretendía enseñar a hablar bien a las máquinas en un momento en el que casi nadie pensaba en ellas, y que se convirtió en uno de los grandes objetivos de la institución desde entonces. Muñoz Machado consiguió implicar a las grandes empresas tecnológicas en el empeño, que ahora entra en una nueva dimensión. Conquistada esa cima (la RAE ha formado hasta a los teclados predictivos de Google o Microsoft, por poner un ejemplo), la Academia quiere servirse ahora de las máquinas para ampliar sus capacidades, para multiplicarlas. De momento ha diseñado varias herramientas que se abrirán al público próximamente, y que ya funcionan dentro de la institución desde hace semanas. Por decirlo con las palabras de Muñoz Machado: «Estamos empeñados en subirnos a los hombros de ese gigante».

¿Por dónde empezar? La propia LEIA se explicó a sí misma en un vídeo de presentación proyectado en la Docta Casa: «Estoy entrenada con siglos de sabiduría en nuestra lengua y millones de conversaciones. ¿Y sabéis qué? No quiero corregiros, quiero entenderos, seguir entendiendo con vosotros, porque lo que decís y cómo lo decís también es parte de lo que somos. Vosotros habláis, la RAE os escucha y trabaja para preservar la unidad en la diversidad. Y yo aprendo. Queridos humanos, bienvenidos al futuro del español. Uno en el que nos entendemos aún mejor».


Lo que siguió después fue la presentación de las nuevas herramientas. La gran novedad es el Observatorio de Palabras, que gracias a la inteligencia artificial podrá analizar un millón de formas al día, y seleccionar entre ellas las palabras o expresiones que no se encuentran en el Diccionario de la RAE. Estos términos pueden ser neologismos, derivados, tecnicismos, regionalismos y extranjerismos.

Las fuentes de datos son las redes sociales (X, principalmente) y la versión digital de los grandes periódicos españoles y latinoamericanos, a los que la RAE ha pedido permiso. «El Observatorio nos va a permitir analizar en tiempo semirreal las nuevas palabras que se están utilizando», destaca Asunción Gómez Pérez, académica experta en IA y responsable de LEIA. Además, ofrece una evidencia estadística de lo que se está estudiando: te da el número total de apariciones de una palabra en un arco temporal, la frecuencia de uso, la dispersión geográfica… De pronto, el radar de la RAE alcanza niveles impensables antes de la IA, tanto en precisión como en extensión. Y en rapidez. «Con esto entramos en una nueva escala», subraya Gómez Pérez, que insiste en que con esto vemos cómo «la IA puede ayudar al análisis de la lengua». No todo va a ser apocalipsis climático y laboral.

De momento, esta aplicación, como el resto de las presentadas, solo está funcionando de forma interna, aunque todas tendrán su versión pública y gratuita a través del portal LEIA, una suerte de nube que alojará todas sus aplicaciones, y al que podrá accederse desde la web de la RAE. ¿Cuándo estará disponible? «Próximamente».

La idea, claro, es que el Observatorio sirva a los lexicógrafos, no que los sustituya. Ellos elegirán las palabras y decidirán cuáles merecen su estudio, y cuáles merecen ser destacadas y mostradas y explicadas al hablante a través del portal. Ahí pueden estar 'random' o 'pódcast', por poner dos casos. El Observatorio ofrecerá datos sobre términos de uso actual con comentarios provisionales, ya que, al no estar incluidos algunos de ellos en las obras académicas, podrán verse modificados en el futuro. La presencia de una palabra en la parte pública del Observatorio solo significa que ha sido detectada y que se está estudiando.

Como siempre, serán las comisiones y el pleno de la RAE, así como las academias americanas, quienes decidan qué palabras entran finalmente al Diccionario de la Lengua Española. La máxima es: todo está supervisado, no hay nada automático donde la IA tome sus decisiones.

Esta es solo la primera versión del Observatorio. Quién sabe si dentro de un tiempo la herramienta permitirá encontrar nuevos usos de palabras ya existentes y recogidas en el diccionario: la posibilidad tecnológica existe. Es una cuestión de tiempo… y de dinero. Estas herramientas se han financiado con los fondos Next Generation de la Unión Europea a través del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. La partida ha sido de cinco millones de euros.

Hay otra herramienta que ayudará a los académicos a conocer mejor la lengua: el Recopilador de la Diversidad Lingüística del Español, que funciona al revés que el Observatorio. Aquí es la RAE la que les pide a los hablantes que le digan qué palabra usan, por ejemplo, para referirse a las botas de agua o al flash (el helado de hielo). Es una aplicación que funciona con retos o preguntas así. Ya hay quinientos diseñados. Y habrá especiales de Navidad o verano, momentos que tienen un vocabulario específico y muy variable según la zona. El objetivo es conseguir información de esas palabras que son cotidianas pero no aparecen con frecuencia en los medios de comunicación. Por supuesto, lo primero que te pregunta la aplicación al entrar es: ¿en qué lugar has aprendido a hablar español?

En la Academia ya han probado esta aplicación en un 'datatón' (maratones de recopilación de datos) con mil quinientos niños de quinto de primaria. Una de las grandes preocupaciones ha sido cuidar el tema de la accesibilidad. Todas las aplicaciones están diseñadas para ser intuitivas. «La participación ciudadana es clave en este apartado del proyecto», subrayan.

Más cosas. La RAE ha creado un verificador lingüístico capaz de detectar errores ortográficos, sintácticos, léxicos y morfológicos en un texto dado. Y no solo eso: sugiere correcciones y, además, aporta una explicación del error con enlaces a la doctrina de la RAE que está siguiendo. Quizás hayan terminado al fin los días del laísmo…

La IA también ayudará a los expertos de la RAE a resolver las dudas de los hablantes de forma más rápida, más eficiente. Hasta ahora, estos podían lanzar sus preguntas a través de X, donde obtenían una respuesta, o a través del formulario de la RAE. Ahora los lingüistas tendrán una IA que clasifique las dudas por tipo (léxica, morfológica, sintáctica, etc.) y que, además, les sugiera las tres respuestas más adecuadas que ya se han ofrecido en preguntas similares. Es una forma de agilizar el trabajo. «Para nosotros va a suponer la posibilidad de rescatar de ese repositorio respuestas ya dadas en estos veintisiete años de trabajo. Y dar, por tanto, en menor tiempo respuesta a esas consultas más recurrentes. Y a los usuarios les va a permitir mediante un buscador de preguntas-respuestas obtener respuestas a preguntas idénticas realizadas anteriormente», explican desde dentro.

En la parte pública el usuario podrá introducir su duda en un buscador, que cuenta con un sistema de autocompletado, y la herramienta buscará esa consulta o consultas similares entre las ya respondidas para ofrecer la información solicitada. En caso de que el sistema aún no tenga una respuesta exacta para la pregunta planteada, el consultante podrá enviarla a la RAE para obtener una respuesta personalizada.

Y hablando de repositorios: al fin la RAE ha completado la digitalización de sus célebres fichas. Gracias a la IA se han trasladado a la nube las 800.000 fichas de punto rojo, donde estaban apuntados el primer uso conocido de las palabras. Muchas eran manuscritas, de ahí la dificultad del proceso. Se podrán consultar a través de un visor en el portal LEIA: la digitalización incluye la imagen de la ficha en formato digital y la extracción de su contenido.

Con este último empujón, los once millones de fichas de la Academia se han salvado de los peligros del papel. Ya forman parte de esa nueva dimensión en la que ha entrado la RAE, que a partir de ahora observará 365 millones de palabras cada año."
 
 
 
 
 
 
 
En primera persona
 
Tengo como referencia para consultas el Diccionario de la RAE, en el año 2025 inicie la publicación de Vocabulario, con palabras que son nuevas para mi, las ubico con la etiqueta Vocabulario
 
Estas publicaciones comparto en mi entorno, a la fecha son 24.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

El museo del Louvre: ¿caso de contraseña de seguridad?

 
Facepalm
 
"El legendario museo parisino llevaba más de una década acumulando fallos técnicos y de seguridad informática absurdos en uno de los lugares más valiosos del planeta.

Durante semanas, el robo del Louvre fue noticia de portada en todo el mundo. Un golpe de valor incalculable en joyas históricas, ejecutado a plena luz del día, con una corona extraviada en la huida y un intento de incendio tan torpe como inútil para borrar las huellas. El tipo de atraco que parecería obra de un genio del crimen… si no fuera porque los autores, a juzgar por lo que ahora se sabe, parece que apenas tuvieron que esforzarse.

El misterio ha durado poco. Según ha revelado Libération, el museo más famoso del planeta arrastraba desde hace años una cadena de fallos de seguridad y negligencias informáticas tan clamorosas que cuesta creerlas. El detalle más vergonzante ha llegado desde el diario italiano theSocialPost.it, que lo resumió con precisión quirúrgica: el Louvre protegía su sistema de videovigilancia con la contraseña “Louvre”. Sin símbolos. Sin complicaciones. Así, tal cual.
 
 
 
Un estado calamitoso de seguridad

Los informes internos revisados por el periódico francés confirman que ya en 2014 la Agencia Nacional de Ciberseguridad de Francia (ANSSI) había detectado una debilidad estructural en toda la red. Sus expertos lograron infiltrarse con una facilidad insultante, manipular las cámaras y alterar las credenciales de acceso. En su informe, describían las contraseñas como “triviales”, un eufemismo diplomático para no decir “ridículas”. Bastaba teclear “LOUVRE” para acceder al servidor de videovigilancia o “THALES” para entrar en uno de los programas del contratista.

Dos años más tarde, un nuevo informe del Instituto Nacional de Estudios Avanzados en Seguridad y Justicia remató la faena: hablaba de “carencias graves”, de flujos de visitantes mal gestionados, de tejados accesibles durante obras y de un sistema de vigilancia que se caía a pedazos. Por si faltaba algo, los documentos más recientes indican que, en 2025, el museo todavía usaba software adquirido en 2003, sobre máquinas que seguían ejecutando Windows Server 2003, nada de lo cual tiene ya soporte oficial."
 
 


"Cuando el robo del siglo en el Louvre parece sacado de una mala película, la realidad supera cualquier ficción. El museo más visitado del mundo, que custodia obras de valor incalculable, dejó su sistema de videovigilancia protegido con la contraseña más obvia del planeta… literalmente “LOUVRE”.​

El asunto no es solo vergonzoso. Es una lección brutal sobre lo que pasa cuando ignoramos las alertas de ciberseguridad durante una década entera.

La contraseña que nadie esperaba (pero todos temían)

A finales de octubre, varios ladrones entraron al museo parisino y se llevaron joyas de la corona francesa valoradas en casi 90 millones de euros. La operación duró apenas siete minutos. Pero lo que realmente dejó boquiabiertos a los investigadores vino después.​

Documentos oficiales de 2014 revelados por el diario francés Libération confirmaron lo impensable.

El servidor que gestionaba las cámaras de seguridad del Louvre utilizaba como clave de acceso la palabra “LOUVRE”. Así, sin más. Como si alguien hubiera usado “1234” para proteger su cuenta bancaria.​
 
 
 
 
 
Una década de advertencias ignoradas

Lo peor de todo es que esto no fue una sorpresa para nadie dentro del sistema.

La Agencia Nacional de Ciberseguridad de Francia (ANSSI) realizó una auditoría completa en 2014. El informe fue claro como el agua: cualquiera que controlara la red del Louvre podría facilitar el robo de obras de arte.​

Las contraseñas fueron catalogadas como “triviales”. Se advirtió sobre servidores obsoletos de gestión de video. Se señalaron fallas graves en el control de accesos. Pero las recomendaciones terminaron archivadas.​

Un segundo análisis realizado entre 2015 y 2017 por el Instituto Nacional de Estudios Avanzados en Seguridad y Justicia volvió a sonar las alarmas. El documento de 40 páginas describió “deficiencias graves”, sistemas de seguridad anticuados y mal funcionamiento generalizado. Nada cambió.​

Para 2025, el Louvre seguía usando software de seguridad comprado en 2003 que ya no tenía soporte del fabricante. El hardware corría sobre Windows Server 2003, un sistema operativo con más de dos décadas de antigüedad. Mientras tanto, el museo recibía casi 8 millones de visitantes al año.​
 
 
 

Más que un problema de contraseñas

Los expertos en ciberseguridad no tardaron en señalar lo obvio. Cuando una institución usa su propio nombre como contraseña, el problema va mucho más allá de un descuido.​

Red Hot Cyber, medio especializado en seguridad informática, describió el caso como “un verdadero test de penetración físico”.

Los atacantes habrían usado técnicas avanzadas de reconocimiento OSINT (inteligencia de fuentes abiertas) y CTI (inteligencia de amenazas cibernéticas) para estudiar turnos, flujos y vulnerabilidades procedimentales.​

La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, admitió públicamente las fallas. Habló de una “subestimación crónica y estructural del riesgo de robo”. Las palabras suenan bien en un comunicado de prensa, pero llegan una década tarde.​
 
 
 
 
La respuesta (tardía) de las autoridades

El Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultura lanzaron una investigación conjunta con la unidad policial de robo de arte. Los fiscales especulan que los culpables podrían ser simples ladrones, sin necesidad de cómplices internos.​

Hasta ahora, siete personas han sido arrestadas en relación con el crimen. Dos de ellas son los principales sospechosos. Más de 100 investigadores, más de 150 muestras de ADN analizadas e incontables horas de grabaciones de seguridad revisadas no han sido suficientes para localizar las joyas robadas.​"

 
Consulte información en Google sobre clave sistema de seguridad de Louvre (a la fecha aproximadamente 16.100.000 resultados)





Para ubicar el contexto, publicación de BBC de 19 de octubre de 2025 

 





"El de este domingo es el robo más espectacular en el museo del Louvre desde que desapareció la Mona Lisa en 1911.

Y plantea serias dudas sobre los niveles de seguridad que protegen las obras de arte francesas en un momento en el que cada vez más son objetivo de las bandas criminales.

Según el nuevo ministro del Interior francés, Laurent Nuñez, la banda que irrumpió en la Galería Apolo el domingo era claramente profesional.

Sabían lo que querían, evidentemente habían estudiado el terreno de antemano, tenían un modus operandi descaradamente simple pero eficaz, y no necesitaron más de siete minutos para llevarse el botín y escapar.

En un camión equipado con una escalera extendible, aparcaron en la calle, subieron hasta el segundo piso y luego utilizaron una cortadora de disco para entrar por una ventana.
 



 


Dentro de la galería, ricamente decorada, se dirigieron a dos vitrinas que contienen lo que queda de las joyas de la corona francesa.

La mayor parte de las joyas reales de Francia se perdieron o se vendieron tras la Revolución de 1789, pero algunos objetos se salvaron o se recompraron.

La mayor parte de lo que había en las vitrinas, sin embargo, data del siglo XIX y de las familias imperiales de Napoleón y su sobrino Napoleón III.

Según las autoridades, los ladrones se llevaron ocho objetos, entre ellos diademas, collares, pendientes y broches.

Las joyas habían pertenecido a la esposa de Napoleón, la emperatriz María Luisa; a su cuñada, la reina Hortensia de Holanda; a la reina María Amelia, esposa del último rey de Francia, Luis Felipe, que reinó entre 1830 y 1848; y a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que reinó entre 1852 y 1870.
 
También se llevaron una corona de la emperatriz Eugenia, pero fue recuperada con daños cerca del museo después de que los ladrones aparentemente la dejaran caer.

En un comunicado, el Ministerio de Cultura afirmó que las alarmas sonaron correctamente.

Cinco empleados del museo que se encontraban en la galería y sus inmediaciones siguieron el protocolo: se pusieron en contacto con las fuerzas de seguridad y protegieron a los visitantes.

Según el comunicado, la banda intentó prender fuego a su vehículo en el exterior, pero un empleado del museo lo impidió.

El robo tuvo lugar en una galería situada a pocos pasos de algunas de las pinturas más famosas del mundo, como la Mona Lisa.

Pero los grupos criminales que ordenan robos como este no se fijan en pinturas mundialmente famosas que nunca podrían exponerse ni venderse. Prefieren objetos que puedan convertirse en dinero en efectivo, y las joyas naturalmente encabezan la lista.

Por más grande que sea su valor histórico y cultural, las coronas y diademas pueden romperse fácilmente y venderse por partes. Incluso los diamantes grandes y famosos pueden cortarse.

El precio de venta final puede no ser el que valía el objeto original, pero seguirá siendo considerable.

Dos robos recientes en museos franceses ya habían alertado a las autoridades sobre la creciente audacia de las bandas de ladrones de arte, y el Ministerio de Cultura está aplicando gradualmente un plan de seguridad en toda Francia.

Museos "vulnerables"
 
 

 

"Somos muy conscientes de que los museos franceses son vulnerables", afirmó el ministro Nuñez.

En septiembre, unos ladrones se llevaron oro —en estado mineral— del Museo de Historia Natural de París. Tenía un valor aproximado de 600.000 euros (unos US$700.000) y se habrá vendido fácilmente en el mercado negro.

Ese mismo mes, unos ladrones se llevaron porcelana por valor de 6 millones de euros de un museo de Limoges, una ciudad que en su momento fue famosa por ese tipo de piezas.

Es muy posible que el botín fuera encargado por un comprador extranjero.
 

 

El Louvre alberga miles de obras de arte famosas en todo el mundo y otras tantas menos conocidas, pero igualmente importantes desde el punto de vista cultural.

En sus 230 años de historia se han producido relativamente pocos robos, en gran parte gracias a las estrictas medidas de seguridad del museo.

La pérdida más reciente fue la de un paisaje del artista del siglo XIX Camille Corot. Le Chemin de Sèvres ("El camino a Sèvres") fue simplemente retirado de una pared en 1998 cuando nadie miraba, y no se ha vuelto a ver desde entonces.

Pero, sin duda, el robo más famoso fue el que tuvo lugar en 1911, cuando fue sustraída "La Gioconda" de Leonardo da Vinci, más conocida hoy en día como la Mona Lisa.

El culpable se escondió en un armario durante toda la noche y, a la mañana siguiente, consiguió sacar el cuadro de su marco, envolverlo en su bata, colocarlo bajo el brazo y salir del museo.

Resultó ser un nacionalista italiano que quería que la obra de arte volviera a su país. Fue encontrada en Italia en 1914 y devuelta al Louvre.

A menos que tengan éxito rápidamente en la captura de los ladrones, es poco probable que los investigadores del robo de este domingo tengan tanta suerte como en el caso de la Mona Lisa.

El primer objetivo de la banda será dispersar las joyas y venderlas. Y no será difícil hacerlo."



Revise publicaciones en este blog con etiqueta Seguridad Informática, a la fecha 94 publicaciones.
 
Sugerencia: Revise la contraseña que utiliza

CCUSG, Licencia Digital

 

"¿Qué es la licencia digital?

El Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (MINTEL), la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) y la Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos (DINARDAP), impulsando la transformación digital, habilitaron la Licencia digital de conducción, a través de la APP GOB.EC. Mediante la Resolución Nº.044-DIR-ANT-2020, la ANT resuelvió dar validez jurídica a la #LicenciaDigitalEc y establece el procedimiento para su emisión.

Este proyecto forma parte de la carpeta ciudadana, que es un repositorio de documentos digitales del Estado, a través de la App. Gob.ec, que se pone a disposición de las entidades públicas para digitalizar los trámites y facilitar la calidad de vida de los ciudadanos. Cuenta con estándares internacionales de seguridad, usando componentes de firma electrónica, encriptación y otros mecanismos de seguridad digital.

Este aplicativo y todas las herramientas que el MINTEL ha puesto a disposición de los ciudadanos y entidades públicas son desarrolladas por el equipo técnico del ministerio sin caer procesos de contratación que genere gasto al Estado."

 










CCUSG es el Comité Ciudadano de la Urbanización San Gabriel, que nos organizamos para trabajar por nuestro sector.
Comparto temas que son de interés ciudadano, con etiqueta CCUSG


El poder de 1,5 cm de compost


 




"Descubre cómo solo uno coma cinco centímetros de compost pueden transformar tu suelo por completo. Aprende cómo esta delgada capa activa microorganismos, mejora la estructura del suelo, aumenta la retención de agua y potencia la fertilidad natural. Este enfoque consciente y sostenible demuestra que la regeneración del suelo comienza desde abajo, con pequeños gestos estratégicos que generan impactos profundos y duraderos en la agricultura y en tu jardín. Optimiza tus cultivos, mejora la salud de tus plantas y contribuye a un ecosistema más resiliente gracias a la magia de la materia orgánica."
 

"El compost es un fertilizante natural que estabiliza residuos orgánicos. Mejora suelos, controla plagas y contribuye al reciclaje y a la agricultura sostenible.

Hace tres décadas que las últimas minas cerraron en las montañas de Cartagena y La Unión, en la provincia española de Murcia. Eso no evita que la zona se siga llamando la Sierra Minera. Allí se extraía plata y plomo ya en tiempos de Cartago Nova, una de las ciudades más prominentes de la Hispania romana. Además de los libros de historia, existe otro elemento que recuerda el pasado de la región: la contaminación por metales pesados y residuos mineros que aún hoy se acumulan en sus ramblas y balsas.

Sin embargo, en una pequeña parcela de la localidad de El Llano del Beal, el terreno degradado ha pasado a mejor vida. Hoy, donde hace poco más de una década había un descampado desértico, se extiende una cubierta vegetal saludable, densa y autosostenible, con multitud de especies autóctonas. La fauna –sobre todo, los insectos– también ha regresado. La contaminación no ha desaparecido, pero parece haberse desactivado. El secreto está en el compost.

“En los suelos degradados, el compost aumenta la materia orgánica y la biomasa microbiana. Reactiva todos los ciclos biológicos del suelo, le devuelve la vida”, explica Pilar Bernal, presidenta de la Red Española de Compostaje. La institución donde trabaja, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), fue el que dirigió el estudio de recuperación de los suelos de la Sierra Minera. “Hace tiempo que terminó, pero seguimos visitando el lugar de vez en cuando para ver cómo evoluciona”.


Reforestación sostenible: ejemplos de éxito en el mundo

“En este caso, hablamos de contaminantes inorgánicos, como los metales pesados. El compost actúa fijando y reteniendo estos compuestos de forma que no resulten tóxicos para las plantas. Además, frena la degradación, vuelven a activarse los ciclos de los nutrientes y las plantas regresan, creando una cubierta vegetal permanente y estable”, añade Bernal. “Aquello antes era un desierto. Hoy está lleno de plantas e insectos”.
 
Fases del compostaje: cómo se transforma la materia orgánica

El equilibrio entre nitrógeno y carbono es solo una de las claves del compostaje. Además de los dos elementos químicos que aporta la materia orgánica, el proceso se desarrolla en presencia de oxígeno y agua siguiendo cuatro fases bien diferenciadas, tal como señala el documento de la FAO.

El compost en agricultura y jardinería: fertilizante natural y eficaz

El uso del compost para recuperar suelos contaminados o degradados no es raro. Pero donde más se utiliza este material es en agricultura y en jardinería. El compost es el resultado de un proceso biológico que tiene el objetivo de estabilizar e higienizar los residuos orgánicos para que estos puedan ser utilizados como fertilizante. Este proceso se conoce como compostaje.

Según el ‘Manual del compostaje’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el compostaje es la mezcla de materia orgánica en descomposición en condiciones aeróbicas que se emplea para mejorar la estructura del suelo y proporcionar nutrientes. Se trata de un proceso controlado que libera calor, se lleva a cabo en presencia de oxígeno (aeróbico) y humedad y degrada la materia orgánica hasta convertirla en un material estable y útil como fertilizante o como sustrato.

En realidad, el compostaje imita la degradación natural de la materia orgánica, pero lo hace de forma más eficiente y controlada. “Para fabricar compost se puede utilizar cualquier residuo orgánico, aunque los más convenientes son los residuos vegetales”, señala Bernal. Aun así, son las legislaciones de cada país o territorio las que establecen qué se puede considerar compost y qué no.
 
¿Cómo se hace el compost? Materiales y equilibrio entre nutrientes

Según los reglamentos europeos, por ejemplo, puede producirse compost a partir de los siguientes materiales:
  • Estiércoles y purines. Es decir, las excreciones de los animales de ganadería, de contenido elevado en nitrógeno.
  • Fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. En este caso, deben proceder solo de la recogida selectiva de orgánicos, para evitar que vengan mezclados con otros residuos como plásticos o vidrio.
  • Restos forestales o agrícolas, con preferencia por los materiales leñosos. Suelen ser residuos con alto contenido en carbono.
  • Residuos de la industria agroalimentaria, como, por ejemplo, los restos tras la extracción del aceite de oliva o del mosto para la elaboración de vino.

Más allá de aspectos legislativos, en realidad, cualquier material orgánico puede someterse a un proceso de compostaje. “Para poder tener un buen compost necesitamos, sobre todo, equilibrio entre los materiales ricos en carbono y los ricos en nitrógeno. La relación debe ser de alrededor de 25 partes de carbono por una de nitrógeno”, explica Neus Vinyals, ingeniera agrícola y coordinadora de la asociación L’Era de estudio y fomento de la agricultura ecológica.

Estas cuatro fases marcadas por el perfil térmico del proceso se repiten siempre, sea para la producción de compost en casa como para el compostaje industrial. “Las diferencias en este caso son tecnológicas. Los domésticos son compostadores pequeños en los que la aireación se realiza de forma pasiva. Suele ser un proceso lento y poco eficiente, pero el resultado puede ser muy bueno”, señala Pilar Bernal.

“A nivel industrial tenemos desde procesos muy básicos, como pilas de materia orgánica que se airean con una pala que voltea los materiales, a otros más complejos, como las trincheras en las que hay un tornillo sin fin que se encarga de airear el material constantemente”, añade. “El proceso se puede complicar, tecnológicamente hablando, hasta el infinito. Pero la gran ventaja del compost es que se puede hacer muy bien de forma muy sencilla”.
 

Usos y beneficios del compost en agricultura y medioambiente

El compostaje es una práctica cada vez más extendida, tanto para aprovechamiento de los desechos agropecuarios como para el reciclaje de los residuos sólidos urbanos. Solo en la Unión Europea se producen cada año cerca de 12 millones de toneladas de compost a partir de residuos municipales. Se hace, sobre todo, en Austria, Bélgica, Alemania, Italia y los Países Bajos, según el informe ‘Bio-waste in Europe’ de la Agencia Europea del Medioambiente. En otros países, el compost se produce mayoritariamente a partir de residuos agrícolas y de la industria alimentaria.

“Se puede utilizar en la agricultura como enmienda de suelo, como material fertilizante de liberación lenta y para la preparación de sustratos de cultivo, en este caso mezclado con otros materiales como la turba, la perlita y la vermiculita”, explica Pilar Bernal. “También se usa en la restauración de suelos contaminados y como biofiltro, ya que tiene una actividad microbiana residual muy relevante”.

Es, además, un material clave en la agricultura ecológica y en la recuperación de terrenos degradados. “El uso de la maquinaria de gran potencia y el abonado químico en la agricultura industrial ha oxidado en exceso la tierra. Como resultado, los suelos mundiales en los que se practica la agricultura intensiva se han ido empobreciendo. Y una de las estrategias para restaurar estas tierras es reutilizar los residuos orgánicos, sean forestales, ganaderos, de la agroindustria o urbanos”, señala Neus Vinyals.


Beneficios del compost: químicos, biológicos y físicos

Así, tal como recoge el artículo ‘El compostaje en agricultura ecológica’, publicado en la revista Producción Agraria Ecológica, el uso del compost tiene beneficios químicos, biológicos y físicos para el suelo.
  • Beneficios químicos. Aporta nuevos nutrientes y moviliza los existentes en el suelo y permite que el humus se combine con moléculas orgánicas y secuestra carbono, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
  • Beneficios biológicos. Aumenta la actividad microbiana y dinamiza los ciclos biológicos del suelo, mejora el metabolismo de las plantas e incrementa la biomasa del terreno.
  • Beneficios físicos. Mejora la capacidad de retención y almacenamiento de agua, favorece la germinación y el crecimiento de las raíces, permite mayor presencia de oxígeno y mejora la estabilidad del suelo.

Además, dentro del capítulo biológico, hay un beneficio que merece mención aparte. El uso del compost favorece el control natural de las plagas. “Cuando la red trófica del suelo no está equilibrada, los patógenos tienen más facilidad para instalarse. Si volvemos a recuperar esa vida del suelo, es más difícil que los patógenos se desarrollen”, explica Neus Vinyals. “Los organismos del suelo funcionan como supresores de enfermedades porque son contrincantes de los patógenos, ocupan físicamente el espacio o porque los depredan”.

El compost permite extraer todo el potencial del suelo, que no deja de ser la parte viva de la corteza terrestre. Aprovecha los miles de milenios de evolución biológica que han convertido un conjunto de elementos químicos en una compleja red de vida invisible a nuestros ojos. Un potencial que nos sirve para crear el sustrato de una maceta o un pequeño huerto urbano, abonar una explotación de frutales ecológicos o recuperar los suelos contaminados de una antigua sierra minera."
 

 
 
 
 
@hopeenpieporelplaneta

Un descubrimiento científico rompedor, una legislación pionera a replicar y una idea que puede transformar nuestros paisajes. El (impresionante) poder de un centímetro y medio de compost. puedes ver la docuserie en abierto en RTVE, Movistar y Vimeo. Hopelaserie.com y sumarte a la oleada regenerativa en hoperevolution.earth

♬ sonido original - Hope! En pie por el planeta

Día de difuntos 2025

 El 2025 visité el cementerio

 

 


Sugiero una canción

 


 

  

Canción para amigos

Existen canciones para los amigos, comparto:


 
 
"Ay señor bendito gracias por la vida, aunque el cuerpo cruje, todavía camina, por el café...."
 
 
 Esta canción no la había escuchado, no tiene título y no identifico a cantante.
 
En primera persona
 
Eventualmente me encuentro con un amigo y puede ser que nos tomemos una fotografía, intercambiemos número de teléfono y nos acordemos de ...
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 






 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Amigos de la Escuela el 1 de noviembre de 2025
 

 
 
El 3 de noviembre de 2025, saludé con mis buenos amigos de temporada colegial.