Comparto este texto, que lo utilizo eventualmente. Claro que es necesario respirar profundamente y comentar a nuestro interlocutor.
La referencia
más antigua que ubique en internet es del año 2015, con el título del El Chisme realizada por Profr. Raúl Hurtado Pérez, existen otras publicaciones posteriores que usan la palabra tamiz, que me
pareció más apropiada.
“En la antigua Grecia Sócrates tenía una
gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrar el gran filósofo,
y le dijo:
– ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
– Un momento, – respondió Sócrates – antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte una prueba, la de los tres tamices.
– ¿Los tres tamices?
– Sí,- continuó Sócrates – antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me vas a decir es verdad?
– No, sólo lo escuché.
– Muy bien. Así que no sabes si es verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. Lo que quieres decirme sobre mi amigo, ¿es algo bueno?
– ¡Ah, no! Por el contrario.
– Entonces,- cuestionó Sócrates – quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que sean verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba del tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Es útil que yo sepa lo que me vas a decir de este amigo?
– No, en serio.
– ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
– Un momento, – respondió Sócrates – antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte una prueba, la de los tres tamices.
– ¿Los tres tamices?
– Sí,- continuó Sócrates – antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me vas a decir es verdad?
– No, sólo lo escuché.
– Muy bien. Así que no sabes si es verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. Lo que quieres decirme sobre mi amigo, ¿es algo bueno?
– ¡Ah, no! Por el contrario.
– Entonces,- cuestionó Sócrates – quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que sean verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba del tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Es útil que yo sepa lo que me vas a decir de este amigo?
– No, en serio.
– Entonces,- concluyó Sócrates – lo que ibas contarme no es ni cierto, ni
bueno, ni útil; ¿por qué querías decírmelo?”
Mejoremos nuestra vida y sociedad...
En clase con mis estudiantes, invierto un tiempo en las divagaciones de Morales, que consiste en contarles historias para trabajar en valores.
Posiblemente de mi materia lo pueden revisar en un libro, cada vez salen mejores y más actualizados, de lo que aprendemos en clase sólo con los que asisten.
Suelo pedir que iniciemos la clase con una frase de motivación, cada semana debemos leer unas x páginas de un libro de crecimiento personal, visitar un museo, aprobar un curso de ingles y les obsequio una navaja suiza con herramientas de software que les será de utilidad.
quien es el emisor de este texto
ResponderEliminarIndico " La referencia más antigua que ubique en internet es del año 2015, con el título del El Chisme realizada por Profr. Raúl Hurtado Pérez, existen otras publicaciones posteriores que usan la palabra tamiz, que me pareció más apropiada."
EliminarEsta es la realidad de la vida a la que debemos dar mucha importancia para prevenir errar Gracias por siempre darnos estas lecciones que nos enseñan a ser mejores personas.
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