Artículo publicado en, Las lenguas de Esopo
"Esopo,
considerado el padre de la fábula, era un esclavo frigio que vivió en el siglo
V antes de Cristo.
Uno
de sus amos, Xantus, le ordenó que fuera al mercado y le trajese el mejor
alimento que encontrara para agasajar a importantes invitados. Esopo compró
solamente lengua y la hizo aderezar de diferentes modos. Los convidados se
hartaron de comer lo que saborearon como un manjar. Cuando quedó solo, Xantus
le preguntó qué era eso tan delicioso.
-Me
pediste lo mejor -dijo Esopo- y traje lengua. La lengua es el fundamento de la
filosofía y de las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua
se instruye, se construyen las ciudades y las civilizaciones, se persuade y se
dialoga. Con la lengua se canta, con la lengua se reza y se declara el amor y
la paz. ¿Qué otra cosa puede haber mejor que la lengua?
Pocos
días después, Xantus le dijo que llegarían unos visitantes desagradables a los
que debería atender por protocolo, pero quería manifestarles su disgusto
sirviéndoles una mala comida.
-Trae
del mercado lo peor que encuentres- le recomendó.
Esopo
trajo lengua y la hizo preparar con un sabor tan desagradable que repugnó a los
comensales.
-¿Qué
porquería es esa que serviste?- le preguntó Xantus.
-Lengua
-contestó Esopo-. La lengua es la madre de todos los pleitos y discusiones, el
origen de las separaciones y las guerras. Con la lengua se miente, con la
lengua se calumnia, con la lengua se insulta, con la lengua se rompen las
amistades. Es el órgano de la blasfemia y la impiedad. No hay nada peor que la
lengua.
La
lengua es un arma de doble filo. ¿Cuál prefieres?"
Editor:
Jorge Ignacio Covarrubias, secretario de la ANLE (Academia Norteamericana de la
Lengua Española).