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jueves, 22 de septiembre de 2016

Memorias, Colegio Fiscomisional San Francisco de Ibarra, Tonsupa 2016


El paseo se concretó de acuerdo a lo planificado:

Salimos de Quito: Marcelo Acosta, Marco Zabala, Jorge López, Elvis Valle y César Morales.

Salieron de Ibarra: Patricio García, Diego Mejía y Edwin Viana.

Se incorporó en Tonsupa: Carlos Ortiz.

Los que salimos de Quito, en el camino nos cruzamos con Mauricio Rosales, tenía un trabajo urgente y no pudo incorporarse al grupo.

Llegamos a Tonsupa, aproximadamente 11 de la noche.




Los amigos de Ibarra, llegaron más tarde porque el conductor, trataba de evitar un hueco en la carretera y su velocidad no superaba los 40 km/h.

Esa noche disfrutamos de recuerdos, adoramos a Baco y a más de uno se reflejó en sus rostros como una pintura por el gusto de encontrarnos a los años.

Recordamos que un amigo usaba en el colegio chompas Caribú, a otro como un profesor le inmortalizó con un sobrenombre. Por suerte el Alzheimer no afectaba y teníamos los recuerdos lúcidos  

Uno a uno fuimos a dormir. Un compañero no roncaba, sino que rugía. Por suerte el compañero de habitación había llevado tapones industriales y pudo conciliar el sueño.

El viernes, desayuno y a la playa.



Un amigo aprendió que su celular no era a prueba de agua. La billetera tampoco y los billetes se secaron con el radiante sol.

Por la tarde, recibieron una cátedra de vóley playero. Teníamos un juez probo y con autoridad.


Luego la piscina, con asombro veíamos las intrépidas zambullidlas de un dilecto amigo.

Tarde de playa y la visita al típico Palacio del Bolón.




Por la noche: un juego de cartas. Aprendimos una nueva forma de contar las cartas en el cuarenta: uña, tripa, mondongo, puzon y riñón. Con la explicación debida del origen de esta muletilla. También formas de barajar, cortar y sacar cuatro cartas de las mismas. Realmente conocían del tema.



El sábado, desayuno. Un amigo nos motivó a  preparar nuestros alimentos. Nos abastecimos de camarón, filete de pescado y verde.

Su carta de presentación era la utilización de la vaporera para preparar sus alimentos, le creímos. Al  preguntar por la receta, nos dimos cuenta que era primerizo en el arte culinario, pero ya estábamos entusiasmados y discretamente nos aprovisionamos de los complementos para sazonar.  

En un sitio vendían arroz para reparar celulares mojados, nuestro amigo (del celular mojado) compró una buena ración, que fue procesada en el almuerzo y cena. Por cierto el celular, nunca volvió a estar operativo y …


El almuerzo, un delicioso ceviche de camarón acompañado de arroz y patacones. La ayuda de Manuel, para proveer lo que nos faltaba.

Tarde deportiva: playa, vóley y competencia de natación.

Relevos, cuatro largos por participante. Al tercero pedíamos clemencia.






Por la noche, una velada musical, con los amigos músicos, caso contrario: guitarra, cuatro, charango, amplificación hubiesen ido solo de paseo.



La cena, nos ayudó el inefable Manuel. Pescado a la brasa acompañada con maduros, algunos un poco excedidos del fuego.


A continuación, campeonato de cuarenta. Recibimos cátedra de José Z, pero sucumbieron ante la pareja ganadora.

Domingo, desayuno preparado por estas manitos. Huevos rancheros.





La final del vóley, con la impugnación a los jueces. Un equipo mordió el polvo de la cancha y argumentan que por cortesía dejaron ganar al anfitrión.

Hubo un berrinche de un amigo, que zapateaba por una jugada.

El juez preguntaba a los jugadores el marcador y cada equipo daba su versión.

El público deliraba con cada volada.





La final de los relevos en la piscina. Dos largos por equipo, estilo libre y la final muy relajada, para mi equipo. Ganamos.


Preparar maletas, limpiar el lugar y de regreso a nuestros hogares.

Gracias por esta muy buena idea, debemos repetir.

Escala técnica para llevar un recuerdo a los amigos que solicitaron, espero que les haya llegado.




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