El
paseo se concretó de acuerdo a lo planificado:
Salimos
de Quito: Marcelo Acosta, Marco Zabala, Jorge López, Elvis Valle y César
Morales.
Salieron
de Ibarra: Patricio García, Diego Mejía y Edwin Viana.
Se
incorporó en Tonsupa: Carlos Ortiz.
Los
que salimos de Quito, en el camino nos cruzamos con Mauricio Rosales, tenía un
trabajo urgente y no pudo incorporarse al grupo.
Los
amigos de Ibarra, llegaron más tarde porque el conductor, trataba de evitar un
hueco en la carretera y su velocidad no superaba los 40 km/h.
Esa
noche disfrutamos de recuerdos, adoramos a Baco y a más de uno se reflejó en sus
rostros como una pintura por el gusto de encontrarnos a los años.
Recordamos
que un amigo usaba en el colegio chompas Caribú, a otro como un profesor le inmortalizó
con un sobrenombre. Por suerte el Alzheimer no afectaba y teníamos los
recuerdos lúcidos
Uno
a uno fuimos a dormir. Un compañero no roncaba, sino que rugía. Por suerte el
compañero de habitación había llevado tapones industriales y pudo conciliar el
sueño.
El
viernes, desayuno y a la playa.
Un amigo aprendió que su celular no era a prueba de agua. La billetera tampoco y los billetes se secaron con el radiante sol.
Un amigo aprendió que su celular no era a prueba de agua. La billetera tampoco y los billetes se secaron con el radiante sol.
Por
la tarde, recibieron una cátedra de vóley playero. Teníamos un juez probo y con
autoridad.
Por
la noche: un juego de cartas. Aprendimos una nueva forma de contar las cartas
en el cuarenta: uña, tripa, mondongo, puzon y riñón. Con la explicación debida
del origen de esta muletilla. También formas de barajar, cortar y sacar cuatro
cartas de las mismas. Realmente conocían del tema.
El sábado, desayuno. Un amigo nos motivó a preparar nuestros alimentos. Nos abastecimos de camarón, filete de pescado y verde.
Su
carta de presentación era la utilización de la vaporera para preparar sus
alimentos, le creímos. Al preguntar por
la receta, nos dimos cuenta que era primerizo en el arte culinario, pero ya estábamos
entusiasmados y discretamente nos aprovisionamos de los complementos para sazonar.
En
un sitio vendían arroz para reparar celulares mojados, nuestro amigo (del
celular mojado) compró una buena ración, que fue procesada en el almuerzo y
cena. Por cierto el celular, nunca volvió a estar operativo y …
El almuerzo, un delicioso ceviche de camarón acompañado de arroz y patacones. La ayuda de Manuel, para proveer lo que nos faltaba.
Tarde
deportiva: playa, vóley y competencia de natación.
Relevos, cuatro largos por participante. Al tercero pedíamos clemencia.
Por la noche, una velada musical, con los amigos músicos, caso contrario: guitarra, cuatro, charango, amplificación hubiesen ido solo de paseo.
Relevos, cuatro largos por participante. Al tercero pedíamos clemencia.
Por la noche, una velada musical, con los amigos músicos, caso contrario: guitarra, cuatro, charango, amplificación hubiesen ido solo de paseo.
La
cena, nos ayudó el inefable Manuel. Pescado a la brasa acompañada con maduros, algunos
un poco excedidos del fuego.
A
continuación, campeonato de cuarenta. Recibimos cátedra de José Z, pero
sucumbieron ante la pareja ganadora.
Domingo,
desayuno preparado por estas manitos. Huevos rancheros.
La final del vóley, con la impugnación a los jueces. Un equipo mordió el polvo de la cancha y argumentan que por cortesía dejaron ganar al anfitrión.
Hubo un berrinche de un amigo, que zapateaba por una jugada.
El juez preguntaba a los jugadores el marcador y cada equipo daba su versión.
El público deliraba con cada volada.
La final de los relevos en la piscina. Dos largos por equipo, estilo libre y la final muy relajada, para mi equipo. Ganamos.
Preparar
maletas, limpiar el lugar y de regreso a nuestros hogares.
Gracias por esta muy buena idea, debemos repetir.
Escala técnica para llevar un recuerdo a los amigos que solicitaron, espero que les haya llegado.
Escala técnica para llevar un recuerdo a los amigos que solicitaron, espero que les haya llegado.
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