En la Revista de Docencia Universitaria, edición 12 Mayo-Agosto 2014,
se presenta el artículo La Entrada a la Universidad: Un reto para la orientación académica, pag 255. en el resumen se indica
“La
transición de los estudios de secundaria a la Universidad ha sido y es un reto
para la orientación. El estudiante se enfrenta a un contexto nuevo, tanto en el ámbito personal como en los ámbitos social
y académico. Las universidades tienen un papel relevante en todo el proceso de inserción de los estudiantes de bachillerato y de ciclos formativos en los estudios universitarios. En los últimos años
han sido numerosos los recursos invertidos por las universidades con el fin de
desarrollar acciones encaminadas a facilitar
una información amplia y clara a los
futuros alumnos. ...
... En este
marco, las universidades españolas han venido incluyendo la orientación en los
programas de apoyo a los estudiantes como elementos ligados al nivel de calidad
de una institución educativa (Apodaca y Lobato, 1997).
Cabe
destacar el especial énfasis puesto en los últimos años gracias a las
convocatorias impulsadas desde el Ministerio de Educación Cultura y Deporte2.
En estos programas se han ido estableciendo cada vez más vínculos entre los
centros de educación secundaria y las universidades con el fin de mejorar la
transición de los estudiantes entre ambos niveles educativos.
Hemos
considerado cuatro momentos en los que se hace pertinente la orientación
académica en los estudios universitarios de grado.
1º
momento: La etapa preuniversitaria, antes del ingreso en la universidad.
2º
momento: La inserción en la vida universitaria, durante el primer curso y
especialmente durante el primer semestre de los estudios universitarios.
3º
momento: Durante el desarrollo de sus estudios de grado, sobre todo a la hora
de la elección de itinerarios, especialidad y trabajo final de grado.
4º
momento: La transición al finalizar el grado (campo profesional, continuación de
estudios, etc.), que implica una mayor interconexión de la universidad con el
entorno socio laboral que permita dar una respuesta más realista a las demandas
de la sociedad (Rodríguez Diéguez, 2000
Orientación
preuniversitaria: Toma de decisiones
Webs de
Orientación
Jornadas
de Puertas Abiertas
Jornadas
de Orientación
Programa
Praktikum (1º Bachillerato y Ciclos Formativos de Grado Superior)
Programa
Valentina (4º ESO)
Visitas
a la Ciudad Politécnica de la Innovación (4º ESO)
Orientación
en primer curso: Inserción
Programa
INTEGRA
... Conclusiones
A pesar
del camino andado, es un objetivo de la UPV atender esta demanda de la
orientación en el primer curso universitario, pudiendo concretar en los
siguientes elementos una medida a adoptar por la orientación (Martínez Muñoz,
2009):
Información
previa, de fácil acceso, clara y completa sobre la matrícula apoyada con tutorías.
Diseño
de un plan de acogida en cada centro que incluya objetivos y contenidos.
Programación
de actividades específicas de familiarización con el perfil académico y
profesional específico del grado a cursar, así como con los contenidos de
primer curso y con el plan de estudios de manera general.
Realización
de tutorías en el primer cuatrimestre como apoyo a la adaptación a los
estudios, al centro y a la universidad.
Realización
de tutorías como medio para identificar las posibilidades de participación en
la vida institucional y sociocultural de la universidad.
Existencia
de responsables en los centros y universidad que permitan resolver tanto
cuestiones globales de orientación como problemas específicos.
Planificación
de tutorías para proporcionar información y seguir el proceso de adaptación a
la dinámica universitaria.
Realización
de tutorías con la participación de alumnos-tutores, como mecanismo de
comunicación entre estudiantes de cursos superiores y de primer curso, y con la
participación de profesores implicados y motivados.
Evaluación
de los programas como medida de retroalimentación y mejora por parte de todos
los participantes"
“En el
siguiente texto se asume la relevancia de la reflexión sobre el fenómeno del
abandono en relación con la calidad de la formación superior. Los referentes adoptados
sirven para contextuar aquél en un marco de comprensión más general del que
suele ser habitual: el de la influencia ejercida por los estudios superiores
universitarios en el desarrollo de las personas y en el impacto socio-cultural
y económico que ejerce la universidad en su entorno. Por otra parte, también se
analizan algunos de los datos más relevantes en relación al abandono y a
determinadas percepciones o evaluaciones que se hace de los estudios
universitarios en nuestro país, así como algunas limitaciones de los estudios
sobre el mismo. Profundizar en el conocimiento del abandono y sus causas lleva
aparejada la necesidad de someter a análisis crítico muchos de los estudios que
se hacen sobre el mismo y de sus principales referentes.“
Se desarrollan los temas:
La
importancia de tomar en consideración el abandono
El
abandono universitario en España y su visibilidad
Las
variables con mayor consenso sobre el abandono
Relativas
a la condición de los sujetos
Relativas
al tiempo de estancia en los centros universitarios
Relativas
a la interacción estudiante-centro-estudios superiores
Limitaciones
de los estudios sobre el abandono
Más
allá de los datos. Un marco para la reflexión sobre el abandono
El
papel de la cultura docente en la retención y el abandono
Conclusiones
"No
parece creíble que las máximas instancias universitarias y políticas, y las
propias universidades, no puedan disponer de datos fidedignos al respecto del
abandono, aunque tengan la complejidad conocida. La conclusión de este vacío
informativo parece evidenciar la falta de un “mapa” más amplio donde situar
dicho fenómeno. Un cuadro general en el que se consideren las necesidades de la
formación superior y sus nuevas funciones en relación al tipo de economía y de sociedad
propios de la sociedad del conocimiento. Así, por ejemplo, un porcentaje del
21% de jóvenes en la educación superior que en otro momento histórico se
hubiera considerado un dato muy positivo, hoy se ve como una limitación para un
crecimiento socio-productivo sostenible y se percibe como propio de una
sociedad con una economía productiva con poco valor añadido.
El
panorama del abandono refleja también el bajo perfil de “agencia” de las
diversas instancias universitarias con respecto a sus titulaciones. En el
proceso de desarrollo del modelo europeo de Educación Superior ha visto cómo se
han organizado los nuevos currículos, con arreglo a requisitos formales,
propios y externos pero sin una intencionalidad formativa interna explícita y
compartida, a partir de una idea de valor añadido propia y elaborada y
focalizada en el hecho de generar aprendizajes más eficientes y relevantes. Los
currículos siguen siendo conglomerados de materias, condensadas en algunos
casos, y en función de intereses departamentales y académicos diversos y no
necesariamente coincidentes.
Este
contexto no ayuda a avanzar en el abordaje del problema. A pesar de existir un
discurso de compromiso para esclarecer un fenómeno que se detecta como
preocupante, y en ausencia de líneas políticas que aborden globalmente el
panorama de la formación superior y el papel de las instituciones en la misma,
la realidad es que las instituciones con mayor capacidad para llevar un
registro del abandono muestran cierta incapacidad para diagnosticarlo y, eventualmente,
ayudar a limitarlo. Cuando los datos se consideran al margen de un contexto
específico o sin propósitos claros devienen poco significativos, aunque se vean
como preocupantes, y son valorados como un lamentable efecto “colateral”
esperado.
Aunque
pueda parecer una paradoja, la voluntad de perseguir el objetivo de comprender
el abandono para una mejor intervención se halla alineada con el logro de
mayores niveles de calidad en el conjunto de acciones institucionales, en el
marco de políticas formativas más ambiciosas y generales. No basta con
garantizar los derechos, si no se revisan los funcionamientos, ha explicado
Amartya Sen, (2000, 2004). La calidad puede ser considerada desde diversos
puntos de vista (Harvey y Green, 1993, Gibbs, 2010). Pero tanto desde la noción
de “alcanzar el propósito (formativo) previsto” (ANECA, 2006), como desde la
noción superior de transformación y mejora de quien se forma, la idea de
calidad requiere la concreción de líneas de acción institucional como las que
se han citado más arriba.
Ello
supone, en primer lugar, la reconsideración del papel de las instituciones ante
los retos formativos de la sociedad del conocimiento. El reconocimiento de que
estamos ante un nuevo paradigma, supone revisar estrategias y prácticas
formativas hoy muy asentadas. Así, son necesarias estrategias institucionales
explícitas y reconocidas, para la atracción y retención de los estudiantes. Y
ello pasa por una diversificación de las opciones formativas, en todas sus
posibilidades, curriculares, organizativas y metodológicas, por una revisión de
los supuestos que enmarcan la acción docente de los profesores y una apertura
hacia el dominio de nuevas y diversas herramientas y recursos docentes.
Resumiendo,
las líneas de acción apuntadas más arriba son desarrolladas y aplicadas en
muchas de las universidades líderes en formación superior en el mundo y no sólo
garantizan una mayor permanencia de más estudiantes, sino que redundan en un
incremento de la calidad de la formación para todos
Es preciso revisar
experiencias en el ingreso y abandono de los estudiantes universitarios, para
identificar el estado del arte con la perspectiva de usar ese conocimiento mejorar
la calidad de la educación.
También el docente tiene su rol para que el estudiante abandone o continúe sus estudios.