domingo, 30 de noviembre de 2025

¿Qué es el adviento?


"El Adviento es el tiempo litúrgico con el que inicia un nuevo año en la Iglesia. La palabra adviento proviene del latín adventus, que significa “venida”, es un tiempo de espera, esperanza y preparación para la llegada de Cristo: su nacimiento en Belén, su presencia cotidiana en nuestra vida y su retorno glorioso al final de los tiempos.

Por eso, Adviento significa abrir el corazón para recibir a Jesús.
 
No es solo recordar un hecho del pasado, sino renovar la fe en Aquél que sigue viniendo cada día.

«Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos» (Mt 3,3).

En 2025, el Adviento comenzará el domingo 30 de noviembre y terminará el 24 de diciembre por la tarde, cuando inicia la celebración de la Nochebuena.
 
Los 4 temas del Adviento

El Adviento está marcado por cuatro semanas, cada una con una invitación espiritual que nos prepara para la Navidad:

La esperanza.
Recordamos que Dios cumple sus promesas. La primera vela de la corona de Adviento nos invita a confiar en Su fidelidad, incluso cuando el mundo parece oscuro.

La fe.
Miramos a los profetas, especialmente a Isaías, que anunciaron la venida del Mesías. Es tiempo de fortalecer nuestra fe en un Dios que nunca falla.

La alegría.
Con el “Domingo Gaudete”, la Iglesia nos recuerda que la espera no es triste, sino gozosa. Nos preparamos con gozo porque el Señor está cerca.

El amor.
En la última semana, la Virgen María nos enseña a recibir a Cristo con un corazón disponible. El amor es la puerta por donde Dios entra en nuestra vida.

Estos cuatro temas son también un camino interior: de la espera a la confianza, de la confianza a la alegría, y de la alegría al amor pleno.
 
¿Qué significan los 4 domingos de Adviento?

Cada domingo de Adviento representa una nueva etapa de este camino espiritual hacia la Navidad.

El primer domingo nos introduce en la esperanza: encendemos la primera vela, de color morado, y recordamos que Cristo es la luz que llega a disipar nuestras tinieblas.
 
El segundo domingo está marcado por la fe: la liturgia nos presenta a los profetas que anunciaron la venida del Salvador, invitándonos a confiar en la promesa de Dios.
 
El tercer domingo, llamado Gaudete, se caracteriza por la alegría. La vela rosa se enciende como signo de gozo, porque la llegada del Señor está próxima.
 
Finalmente, el cuarto domingo nos prepara en el amor: contemplamos a María y José, modelos de entrega y fe, que nos enseñan a abrir el corazón para recibir al Niño Jesús.

Cada vela encendida es más que un adorno: es un símbolo de nuestra fe que crece, una oración que ilumina, un paso más en el camino hacia el encuentro con Cristo.
 
¿Qué se hace en el tiempo de Adviento?

El Adviento no se trata de correr para comprar regalos o adornar el árbol, sino de preparar el corazón. La Iglesia nos invita a vivirlo con tres actitudes fundamentales:

Oración: dedicar momentos de silencio para escuchar a Dios, rezar el Rosario o meditar las lecturas diarias.

Conversión: revisar la vida, reconciliarnos con Dios y con los demás, acercarnos al sacramento de la confesión.

Caridad: compartir con los necesitados, acompañar al que sufre, vivir el amor de manera concreta.

Además, muchas familias usan el calendario de Adviento, una forma práctica y hermosa de recorrer los días que faltan para la Navidad con pequeños gestos de fe y bondad.
 
Adviento 2025: una nueva oportunidad

El Adviento 2025 es más que un tiempo litúrgico: es una oportunidad espiritual para empezar de nuevo.
Cada año, la Iglesia nos recuerda que Cristo no se cansa de venir, y que cada corazón que lo espera con amor se convierte en un nuevo Belén.

Así que este Adviento, no midas los días con el calendario, sino con los gestos de amor que prepares para recibir a Jesús.

“El Señor está cerca. No se inquieten por nada” (Flp 4,5-6).

¡Que tengas un bendecido día en compañía de Jesús y María!"








La palabra “adviento” viene del latín adventus, que quiere decir “venida” y se asocia con las cuatro semanas de preparación para la Navidad. El adviento siempre incluye cuatro domingos y empieza desde el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre) y continúa hasta el 24 de diciembre.

En 2025, el Adviento comienza el 30 de noviembre y termina el 24 de Diciembre (Nochebuena), cuando comienza la Misa de Navidad. El Día de Navidad es el 25 de diciembre.


¿Por qué celebramos el Adviento?

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 524, nos dice:

Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17). Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya".


¿Por qué es importante el Adviento para la Iglesia Católica?

Es un tiempo de preparación para celebrar la Encarnación del Hijo de Dios en Navidad. Así como cada año la Navidad parece empezar con más anticipación en lo comercial, los fieles deben tratar de preparar el corazón para acercarse más al Señor. La Madre Angélica, fundadora de EWTN, dijo una vez:

No dejemos que se nos pase este tiempo sin dar espacio en nuestros corazones a una profunda espiritualidad que nos permita meditar. Meditar el misterio de cómo y por qué este Dios omnipotente, antes quien los ángeles tiemblan, haya descendido y haya vivido nueve meses en el vientre de la mujer más pura y santa de todos los tiempos, pasado y futuro. Él estuvo confinado en un vientre con esa Inteligencia Infinita, ese Poder Infinito y ese Poder del Espíritu Santo.

¿Cómo prepararse durante el Adviento?

En primer lugar, es bueno destinar más tiempo a rezar, puede ser los Misterios gozosos del Rosario, la Corona franciscana y la Novena de Navidad (ver más abajo); todas devociones que nos ayudan a pensar en el misterio de la venida del Señor al mundo.

También es importante leer las Sagradas Escrituras, especialmente los relatos de la infancia de Jesús en Mateo y Lucas. El Catecismo de la Iglesia Católica, en los capítulos 2 y 3 de la segunda parte del Credo, expresan la fe de la Iglesia en la Encarnación y la Natividad del Señor.

Por último, para preparar verdaderamente el corazón, es importante hacer una Confesión al menos una vez durante este tiempo; y quizás ir a Misa durante los días de semana y hacer adoración eucarística cuando sea posible.

¿Cómo se vive el Adviento?

El Adviento es una pequeña Cuaresma: comienza recordando que Cristo vendrá como Juez al final de los tiempos; es un tiempo para pensar en la santidad con la que debemos prepararnos para recibir al Señor. Por eso, aunque no es estrictamente un tiempo de penitencia, los fieles deben volver a poner la mirada en Jesús mediante la oración, la limosna y el sacrificio.

En la última parte del Adviento, esperamos con alegría su Primera Venida, en Belén. Una buena forma de hacerlo es meditar las antífonas de Adviento que se usan en la Misa, porque cada una evoca un título mesiánico de Cristo del Antiguo Testamento.
 
¿Cuáles son los símbolos de Adviento?

El Adviento tiene muchos símbolos: el calendario, la corona con velas, el árbol de Jesé, el pesebre (sin el Niño Jesús hasta la Navidad). Cada uno de estos símbolos puede convertirse en una tradición familiar y un excelente medio para enseñar a los hijos a preparar el corazón para el Nacimiento de Jesús.
 
¿Por qué se usa el color morado en el Adviento?

El año litúrgico utiliza diferentes colores para los distintos tiempos litúrgicos. La instrucción Redemptionis Sacramentum (121) expresa: «La diversidad de los colores en las vestiduras sagradas tiene como fin expresar con más eficacia, aun exteriormente, tanto las características de los misterios de la fe que se celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico».

El violeta o morado, símbolo de sufrimiento y penitencia, es, por tanto, el color litúrgico tanto de Adviento como de Cuaresma.

¿Qué representan las cuatro velas de Adviento?

Las velas señalan las cuatro semanas de Adviento. El primer domingo de Adviento se enciende una vela violeta; el segundo domingo se enciende una segunda vela violeta. El tercer domingo, se enciende una vela rosa, y el cuarto domingo, la última vela, violeta. Estos colores coinciden con los colores de las vestimentas de cada una de esas semanas: violeta, penitencia; rosa, alegría.

La Corona de Adviento nos recuerda el tiempo antes de Jesús, cuando el mundo vivía una oscuridad espiritual. Durante Adviento, recordamos los días del Antiguo Testamento, mientras anticipamos con ansias el Nacimiento de Jesús en Navidad.
 
¿Qué vela se enciende primero?

Primera semana: : Una vela violeta.
Segunda semana: Adicionalmente a la vela encendida la primera semana, se enciende otra vela violeta.
Tercera semana: Se encienden las dos velas de las semanas anteriores y la vela rosada.
Cuarta semana: Se encienden las cuatro velas.
 
¿Qué oraciones y prácticas se asocian al Adviento?

Los Misterios gozosos del Rosario pueden ayudarnos a poner la atención en la Encarnación de Jesús. También suele rezarse la Novena de Navidad durante todo el Adviento.
 
¿Cuál es el significado del Tercer Domingo o Domenica Gaudete?

La palabra latina gaudete (alégrate) es la primera palabra de la antífona de entrada de la Misa del tercer domingo de Adviento. Nos llama a alegrarnos porque se acerca la venida del Señor. Ese día, el sacerdote se reviste con vestimentas rosadas en lugar de moradas.
 
¿Qué es la Novena de Navidad?

Esta novena es una oración especial para los últimos nueve días de Adviento, desde el 16 de diciembre hasta Nochebuena. Ayuda a preparar el corazón para la Natividad del Señor. La oración es la siguiente:

Bendita y alabada sea la hora y el momento
en que el Hijo de Dios nació
de María la Virgen Purísima,
a medianoche, en Belén,
en el frío penetrante.
En esa hora, dígnate, ¡Oh Dios mío!
escuchar mi plegaria y conceder mis deseos
(mencionar la intención),
por los méritos de Nuestro Salvador Jesucristo,
y por su bendita Madre.
 Amén."
 
 

BBC, Los mensajes ocultos en "La muerte de Marat", una de las escenas del crimen más famosas de la historia del arte

Los mensajes ocultos en "La muerte de Marat", una de las escenas del crimen más famosas de la historia del arte

 

"La muerte de Marat", de Jacques-Louis David, es una imagen engañosamente simple de un asesinato real.

Advertencia: Este artículo contiene descripciones e imágenes de violencia que pueden resultar perturbadoras para algunos lectores.

El gran arte nos hace mirar y luego volver a mirar. Tomemos como ejemplo "La muerte de Marat" (1793), de Jacques-Louis David, quizás la representación pictórica de una escena del crimen más famosa de los últimos 250 años.

A primera vista, la representación del cuerpo sin vida del revolucionario francés Jean-Paul Marat, apuñalado en su bañera el 13 de julio de 1793, no podría ser más simple.

El periodista asesinado, que había abogado por la ejecución del rey Luis XVI, se desploma hacia nosotros. Su cuerpo está enmarcado por un vasto vacío que se extiende sobre él.

Sin embargo, si observamos con atención, la icónica pintura de David comienza a revelar un inquietante rompecabezas de detalles dobles en la mitad inferior del lienzo: dos plumas, dos fechas, dos cartas, dos mujeres ausentes, dos cajas, dos firmas, dos cadáveres.

La cacofonía de pistas contradictorias nos atrapa, haciendo que pasemos de observadores pasivos de una simple instantánea de la historia a convertirnos en detectives forenses inmersos en la resolución de un misterio más profundo, uno en el que se sospecha que el propio artista manipuló las pruebas.

En cada rincón de "La muerte de Marat", una de las obras maestras de la importante exposición de David en el Louvre de París, se aprecia la doble intención del artista: crear, a la vez, una elegía íntima y personal en memoria de un amigo asesinado, con quien compartía ideas políticas radicales, y una potente pieza de propaganda pública.

En manos de David, Marat es mucho más que un simple periodista jacobino al que una francesa, Charlotte Corday, apuñaló en el pecho con un cuchillo de cocina, convencida de que él estaba envenenando el debate público. 

Marat aquí es glorificado, como un segundo Cristo.
 
  

 
La obra de David forma parte de una importante exposición en el Louvre de París que estará hasta el 26 de enero de 2026.
 
El retrato de David exalta a Marat, quien pasa de ser una persona enfermiza, que requería largos baños medicinales para aliviar una enfermedad cutánea crónica, a un transformarse en un mesías secular sacrificado.

Para amplificar esa elevación de mortal inválido a mártir místico, David entreteje su pintura con símbolos descifrables y ecos de la historia del arte que mantienen nuestra mirada fija en el mito que teje ante nosotros.

Tan implicado está el artista en la coreografía de la escena, que resulta fácil comprender cómo Sébastien Allard, comisario de la exposición del Louvre, pudo llegar a la conclusión en su ensayo para el catálogo de que "el monumento que David erige a Marat es también un monumento que construye para sí mismo… Marat actúa con su pluma y el pintor, con sus pinceles".

Las dos manos

Nuestra mirada se divide en dos direcciones, intentando seguir los curiosos y contradictorios movimientos de las manos moribundas del hombre.

En la mano derecha de Marat encontramos la pluma con la que escribía cuando fue apuñalado con el cuchillo de mango de nácar que yace a escasos centímetros.

Con los nudillos apoyados en el suelo, esa mano cuelga inerte, evocando los brazos caídos de Cristo tanto en la monumental escultura de mármol de Miguel Ángel, "La Piedad", como en el conmovedor cuadro de Caravaggio "El Entierro de Cristo".

Mientras tanto, la mano izquierda de Marat, rígida por el rigor mortis, sostiene una carta manchada de sangre, sugiriendo un foco de atención completamente distinto.

Una mano se aferra a la vida, la otra sucumbe a la muerte.

Entre estos dos gestos divergentes, el espíritu de la pintura oscila eternamente entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Las dos plumas
 
 

En su mano derecha, una pluma; en la izquierda, una carta. Hay otra pluma junto al tintero.

A la tensión entre el flujo inquieto y la sombría quietud de las manos contradictorias de Marat se suma la decisión, aparentemente redundante, de David de insertar en la escena despojada no una, sino dos plumas entintadas.

Entre los dedos inertes de su mano derecha, Marat sujeta una pluma de escribir, aún húmeda de tinta.

Siguiendo su trayectoria desde el suelo, más allá del penacho blanco, hasta la caja volcada que Marat usaba como escritorio, descubrimos una segunda pluma junto al tintero agachado.

La punta oscura de esta pluma apunta amenazadoramente hacia la herida de arma blanca fatal y plantea una pregunta incisiva: ¿fue un cuchillo o las palabras lo que mató a Marat? En tiempos de política acalorada, nunca está claro qué es más poderoso, si la pluma o la espada.

Como veremos, en la pintura de David, la pluma y la espada son, en sí mismas, dobles. Se afilan mutuamente.

Las dos cartas

Una vez detectada, la duplicación de la evidencia en la pintura se multiplica repentinamente.

En el centro del lienzo, encontramos no una, sino dos cartas, cada una escrita por una mano diferente.

Entre estos dos documentos se desarrolla toda la trama de la pintura.

La nota que Marat sostiene en su mano izquierda está colocada por el artista de tal manera que podemos leer fácilmente la manera en la que Corday engatusó a Marat sin que éste lo supiera para que la invitara a entrar y así aprovecharse de su naturaleza benevolente.

"Basta con que yo sea muy infeliz", suplica Corday con hipocresía en su carta, "para tener derecho a tu amabilidad".

El mensaje es claro: fue la bondad de Marat lo que lo mató.
 
 

Entre los documentos está escrita la trama del cuadro.
 
 
Justo debajo de la carta de Corday, al borde de la caja, se encuentra otra misiva escrita por el propio Marat: el documento que, al parecer, estaba redactando cuando ella se declaró en huelga.

Esta nota está sujeta por un asignado (o moneda revolucionaria), considerado por los estudiosos como la primera representación de papel moneda en el arte occidental.

En su carta, Marat promete desinteresadamente cinco libras a una amiga de la Revolución que sufre: "Esa madre de cinco hijos cuyo esposo murió en defensa de la patria".

Incluso en la muerte, se nos dice, Marat sigue siendo generoso.

Las dos mujeres


Las dos cartas no solo trazan los ejes del engaño y la mentira, la bondad y la redención, sobre los que se desarrolla la historia del cuadro.

Las dos cartas evocan fantasmas: dos, para ser exactos.

El primero es el de Corday, la intrigante asesina que se coló en casa de Marat con un largo cuchillo oculto bajo su chal.

El segundo, también invisible, es el de la viuda afligida a quien Marat deseaba ayudar, cuyo esposo murió luchando por la República.

El enfrentamiento entre fuerzas femeninas, una que personifica el bien y la otra el mal, tiene una larga tradición en la historia del arte.

Durante siglos, los artistas han representado la lucha entre la santidad y el pecado como una amarga contienda entre mujeres fuertes.

La famosa "Alegoría de la Virtud y el Vicio" del artista renacentista Paolo Veronese, de alrededor de 1565, muestra a una mujer que invita a Hércules al honor, mientras que otra, con un largo cuchillo oculto a la espalda, lo tienta hacia el placer.

David actualiza la alegoría para la era de la Revolución. En "La muerte de Marat", lo que está en juego es el alma de una nación.
 

El enfrentamiento entre las fuerzas femeninas en la obra de David recuerda a la "Alegoría de la Virtud y el Vicio".
 

Las dos firmas

Cada cuadro termina con una firma: ese toque final con el que el artista da su consentimiento a la historia que ha contado.

"La muerte de Marat tiene dos", lo que garantiza que la obra nunca esté completa, sino que se trata de un desconcertante caso sin resolver que siempre nos intrigará.

Una, garabateada de lado en el centro del lienzo, pertenece a Corday y es una falsificación de David al recrear la carta que ella le escribió a Marat.

En otro lugar, cerca del borde inferior del cuadro y aparentemente cincelada en la caja de madera como si hubiera sido tallada en piedra, se encuentra la firma del propio artista, dedicando formalmente la obra a su amigo asesinado, cuyo nombre magnifica más allá de la escala del suyo: "Para Marat, David".

Al grabar su nombre en la propia estructura de la obra, David se inserta en la escena del crimen.

Una vez más, evoca la historia del arte. En el único cuadro que Caravaggio firmó, hizo lo mismo.

En la parte inferior de su colosal lienzo "La decapitación de San Juan Bautista", Caravaggio reúne las sílabas de su nombre, "f. Michelang.o", a partir de un charco de sangre que brota del cuello cercenado del sacerdote.

Es un gesto sombrío que parece asumir cierta responsabilidad por el asesinato. Al recordar la firma autoinculpatoria de Caravaggio, David no confiesa el asesinato de Marat, sino que declara su adhesión a su agenda política.

Afirma: "Ahora todos somos Marat".
 
 
 

La obra de David también recuerda a Caravaggio, quien escribió "f. Michelang.o" al pie de "La decapitación de San Juan Bautista".


Las dos fechas

Si observas con atención debajo de la firma de David, verás una lucha silenciosa no solo entre dos fechas distintas, sino entre dos concepciones opuestas del tiempo.

Bajo su nombre, David ha cincelado "L'an deux", que denota el segundo año del Calendario Revolucionario, que comenzó en 1792, año de la fundación de la República.

Esa fecha nítida y legible se sitúa entre los dígitos, separados y parcialmente borrados, de la calibración del calendario cristiano para el año de creación de la obra: "1793".

En las dos esquinas inferiores del recuadro, David ha insertado y borrado "17" y "93", lo que indica una abolición total del tiempo cristiano en favor de las medidas revolucionarias.

Una vez más, Marat podría estar haciendo una sutil alusión en su curiosa fusión de sistemas de tiempo contrapuestos.

Al igual que Caravaggio, Botticelli también firmó un solo cuadro, "Natividad mística", en el que inserta una inscripción enigmática que yuxtapone el calendario cristiano con otro sincronizado con el Libro del Apocalipsis: "Este cuadro, a finales del año 1500, en medio de las convulsiones de Italia, yo, Alessandro, lo pinté en el tiempo transcurrido, según el capítulo 11 de San Juan, en la segunda penuria del Apocalipsis…".

En "La muerte de Marat", David invoca a Botticelli y a la vez lo supera, pues las prioridades de la revelación son usurpadas por las de la revolución.

¿Qué significa, en definitiva, toda esta dualidad en la famosa pintura de David, una obra que, al fusionar pasión y principio, redefiniría la textura e intensidad de la pintura histórica e influiría en obras que van desde "La balsa de la Medusa" de Delacroix hasta el "Guernica" de Picasso?

Al refractar implacablemente las pruebas halladas en la escena del crimen de Marat a través del denso prisma de su imaginación, David proyecta un doble retrato.

Ante nuestros ojos, el artista transforma el asesinato en mito, mientras que el cuerpo físico del polemista asesinado se alquimiza en una segunda figura mística que sentimos más que vemos.

La inquietante presencia de Marat, perturbó la imaginación del poeta francés Baudelaire, quien observó sobre la pintura: "En el aire frío de esta habitación, sobre estas frías paredes, alrededor de esta fría y lúgubre bañera, un alma se cierne".

Esta es una adaptación al español de una historia publicada por BBC Culture. Si quieres leer la versión original, en inglés, haz clic aquí."

BBC, Qué son las ingeniosas cajas de Ward y cómo transformaron la economía mundial


"Sencillas pero eficaces: una caja de Ward de madera aquí entre un exuberante follaje.

Qué son las ingeniosas cajas de Ward y cómo transformaron la economía mundial

La historia de los descubrimientos científicos está repleta de creaciones que tomaron un rumbo diferente al previsto.
 
Y también, de pasiones inspiradoras.

La del inglés Nathaniel Bagshaw Ward nació en un viaje a Jamaica cuando tenía 13 años, donde quedó prendado de la exótica flora.

Ward no estaba solo en su fascinación: en el siglo XIX, Inglaterra vivía una auténtica fiebre botánica, donde aficionados y científicos competían por cultivar especies de los rincones más remotos del mundo.

Así que, aunque cuando creció se convirtió en médico, también estudió botánica y entomología.

A pesar de que logró formar una extensa colección de ejemplares, le decepcionó descubrir que muchas plantas, en particular los helechos y musgos, no prosperaban en su jardín en Londres.

Reino Unido estaba en plena Revolución Industrial, lo que significaba que su casa estaba "rodeada e impregnada del humo de numerosas fábricas", que asfixiaban a sus preciadas matas.

La solución se la dio, accidentalmente, un insecto.

Alrededor de 1829, intentaba criar una polilla esfinge a partir de una crisálida que había colocado sobre moho húmedo en un frasco sellado cuando se sorprendió al ver que había empezado a crecer un helecho.

Observó que el agua se evaporaba y se condensaba, antes de volver al moho, recreando aparentemente el ciclo básico de los sistemas climáticos terrestres.

¿Sería posible que ese microcosmos de vidrio era la manera perfecta de controlar la calidad del aire y la humedad, permitiendo que prosperaran especies que morían?

El invento de Ward fue simple: vidrio, madera, masilla, pintura... era básicamente un miniinvernadero sellado.

No fue una proeza tecnológica, pero sí el resultado de una mente inquisitiva: hasta entonces se creía que las plantas necesitaban el aire libre. Ward se preguntó si tal vez no lo requerían, subraya el periodista económico Tim Harford.
 
 

Nathaniel Bagshaw Ward, retratado en1868, nunca imaginó que su invento reconfiguraría la economía.
 
Sus primeros intentos de cultivar sus preciados helechos en ese pequeño ecosistema sellado prosperaron.

Entusiasmado, pensó que quizás había resuelto un problema que aquejaba a los cazadores de plantas: cómo mantenerlas vivas durante un largo viaje marítimo.

Si las ponían bajo cubierta, sufrían de falta de luz. Si las ponían sobre cubierta, el rocío salado resultaba letal.

Para probarlas, Ward envío dos de sus cajas de plantas a Australia.

Varios meses después llegó una carta del capitán del barco ofreciéndole "cálidas felicitaciones": la mayoría de los helechos estaban "vivos y vigorosos" y los pastos "estaban intentando empujar la parte superior de la caja".

El barco regresó con las cajas de Ward repletas de plantas australianas, también en perfecto estado.

Ward publicó un libro sobre su invento, y soñó con que tendría efectos de gran alcance. Tenía razón, pero no de la forma que esperaba.

Previó que los amantes de las plantas podrían tener selvas tropicales en miniatura en sus casas, y acertó: incluso recientemente los terrarios -cuya raíz está en las cajas de Ward-, se volvieron a poner de moda impulsados por las redes sociales.

Pero además, como médico, imaginó grandes invernaderos sellados en los que la gente podría convalecer del sarampión o la tuberculosis, sin tener que respirar el aire contaminado de las ciudades.

Lo que no anticipó fue que sus cajas estaban a punto de transformar la agricultura, la política y el comercio mundiales.


Sin permiso y con intención

Gracias a las cajas de Ward, el proceso de transporte de plantas de ultramar venía viento en popa.

En 1833, George Loddiges, un importador comercial, utilizó el método de Ward y dijo que "mientras que con el método que utilizaba antes perdía 19 de cada 20 de las plantas que hacían el viaje, 19 de cada 20 son ahora el promedio de las que sobreviven".

Naturalmente, el método se popularizó.

Pero fueron mentes más estratégicas que las de su creador las que reconocieron inmediatamente el potencial de las cajas de Ward para reconfigurar la economía a favor de los imperios dominantes en esa época...

... Empezando por aquel cuya capital estaba en la ciudad en la que Ward había ingeniado sus cajas: Londres.
 
 

Las cajas de Ward fueron expuestas en la Gran Exposición de los Trabajos de la Industria de todas las Naciones de 1851 en Londres.


Ward había publicado su libro en 1847, pocos años después de que Reino Unido ganara la Primera Guerra del Opio.

Cuando los chinos decidieron dejar de aceptar opio cultivado en India a cambio de su té, los británicos enviaron cañoneras para hacerles cambiar de opinión.

No era sólo porque les gustaba la bebida; los impuestos sobre el té representaban casi una décima parte de los ingresos del gobierno británico en aquel entonces.

Pero la poderosa Compañía Británica de las Indias Orientales, que prácticamente gobernaba el subcontinente indio en nombre de Reino Unido, decidió que necesitaba una estrategia alternativa: cultivar más té en India.

Eso significaba que era necesario sacar de contrabando plantas de té de China. Y había un hombre ideal para esa tarea: el botánico y buscador de plantas Robert Fortune.

Ya lo había intentado infructuosamente pero en su primera expedición había aprendido que si se afeitaba la cabeza, usaba peluca y ropa china, podía pasar prácticamente desapercibido.

Disfrazado, logró enviar en secreto "cajas vidriadas con plantas vivas a Inglaterra", entre 1848 y 1851, según contó en sus memorias.

Y con ellas, se establecieron importantes plantaciones de té en las regiones indias de Assam y Darjeeling, rompiendo así el monopolio chino sobre el mercado del té.

Algo quizás igual de impactante ocurrió 25 años más tarde.

Ante la subida de los precios del caucho, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico envió al botánico aficionado y emprendedor Henry Wickham al Amazonas para conseguir semillas de Hevea brasiliensis.

En 1876, envió unas 70.000 en cajas de Ward, que germinaron en Kew Gardens y las plántulas se enviaron al sudeste de Asia.

Brasil no pudo competir con las plantaciones coloniales y finalmente perdió su dominio en el comercio del caucho, al tiempo que este se convirtió en una de las industrias más rentables del Imperio británico.

Estos son dos grandes ejemplos, pero de ninguna manera no los únicos.

Chocolate con vainilla

No fueron sólo los británicos los que se beneficiaron de las cajas de Ward en su afán por dominar el mundo.

De hecho, fue otro de los grandes imperios coloniales europeos el que primero en lograr llevarse de Los Andes una de las plantas más cruciales para tal empresa: la Cinchona officinalis.

De su corteza se obtenía quinina, la poción milagrosa descubierta por los indígenas andinos, que, además de otras cosas, protegía contra la malaria, una amenaza mortal para los europeos que se aventuraban a explorar regiones tropicales, y que paradójicamente ellos habían introducido en América.
 
 

   
Cinchona, el remedio de Sudamérica para la enfermedad que los europeos importaron al continente. 

Y si el cacao llevó el lujo del chocolate a nuevas latitudes, la vainilla lo hizo aún más exquisitamente.

Los europeos la codiciaban como un artículo de lujo: aromatizaba pasteles, confites y bebidas, y se la consideraba un símbolo de opulencia y refinamiento.

La orquídea Vanilla planifolia crecía silvestre en los bosques húmedos tropicales de México, Centroamérica y norte de Sudamérica.

Estudios históricos y etnográficos que señalan que los Totonacas de Veracruz (región conocida como Totonacapan) fueron unos de los primeros en domesticarla.

Lo cierto es que durante siglos, México tuvo un monopolio global de producción de vainilla, en parte porque era extremadamente delicada, y su flor solo fructificaba en presencia de su polinizador natural, la abeja melipona.

No obstante, los franceses, valiéndose de cajas de Ward trasladaron esquejes desde México hasta Reunión, Mauricio y Madagascar.

Pero persistía el problema de la polinización, y la clave no vino de botánicos ilustrados, sino de un muchacho esclavizado de 12 años de edad llamado Edmond Albius.

En 1841 descubrió en la isla de Reunión -un pequeño territorio francés en el Índico- un método sencillo y rápido para hacerlo a mano.

Su habilidad permitió que la flor fructificara lejos de su país natal y, en pocos años, Madagascar -no México- se convirtió en el mayor productor mundial.

La vainilla de Madagascar se convirtió en "el oro aromático del océano Índico", apunta Tim Ecott en su libro "Vainilla, en busca de la orquídea silvestre"; la nación insular africana sigue aportando entre el 60% y el 80% de la producción global hasta el día de hoy.

Estos, por supuesto, son apenas unos ejemplos: desde hermosas orquídeas, fucsias y rosas, hasta deliciosos mangos y exóticas palmas navegaron por los mares cual tesoros protegidos de todo mal en esas sencillas cajas de cristal y madera.

Como resumió el historiador Luke Keogh, autor del libro The Wardian Case, "esta invención impulsó una revolución en el movimiento de plantas … y las repercusiones de esa revolución aún nos acompañan hoy".

Lo que empezó como un experimento ingenioso de un amante de la flora, terminó siendo una palanca que transformó mercados, paisajes, y dejó una huella indeleble en la geografía botánica y agrícola mundial."

sábado, 29 de noviembre de 2025

Decanos de Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas

En elaboración ... 
 
En la Biblioteca de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, estás las fotografías de los Srs. Decanos, observan a los Estudiantes.

 

 

Estás fotografías estaban en el Decanato de la Facultad y se han reubicado en biblioteca.





Estás imágenes son cortesía de Sr. Wilson Agila 

En proceso de actualización de los nombres



 
 
En el Blog UCE Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicada, se tiene parte de la historia de 2012 a 2024
 

"La Facultad de Ingeniería, Ciencias Físicas y Matemática tiene sus orígenes en las cátedras de Química y Ciencias Exactas fundadas por Gabriel García Moreno en 1857, cuando asumió el Rectorado de la Universidad Central.

En 1869, García Moreno, como Presidente Interino de la república clausuró a la Universidad Central y en agosto del mismo año creó la primera Escuela Politécnica y le asignó como misión la formación de profesores de tecnología, ingenieros y arquitectos, maquinistas, mineros y profesores de Ciencias; para hacer realidad este propósito la Facultad de Ciencias se convirtió en el soporte de este proyecto. Después de la muerte de García Moreno el Congreso de 1875 restableció la Universidad Central tal como era antes y con ello desapareció la Escuela Politécnica, pero parte de ésta pasó a incorporarse a la Facultad de Ciencias.

La Asamblea Nacional realizada en Ambato dictó el once de mayo de 1878 la Ley de Instrucción Pública y en el artículo 51 dispuso que la Facultad de Ciencias comprenderá dos secciones: Ciencias Físicas y Matemática y Ciencias Naturales. De conformidad con este cuerpo de ley, el Consejo General de Instrucción Pública nombró para la Facultad de Ciencias al sabio alemán presbítero doctor Johannes B. Menten como Decano y como profesores a: Dr. Miguel Abelardo Egas, Dr. José M. Troya, Dn. Mariano Alvarez, Dn. Manuel Herrera y el ilustre Profesor de Botánica Luis Sodiro, S. J.

Dado el ancho cauce académico que cubría la Facultad, a ella le correspondió formar químicos hasta marzo de 1949, fecha en la cual el Honorable Consejo Universitario creó la Facultad de Ciencias Químicas y Naturales. Con esta oportunidad adoptó el nombre de Facultad de Ingeniería, Ciencias Físicas y Matemática.

Su preocupación por dar respuestas a la sociedad, en 1945 encargó al arquitecto uruguayo Gilberto Gatto Sobral la organización de la escuela de Arquitectura, la que en septiembre de 1946 inició sus actividades y permaneció en la Facultad hasta 1961, pues en esa fecha se transformó en la Facultad que hoy conocemos.

Con el advenimiento de la Facultad de Ciencias Básicas en 1964, al año siguiente, a la Facultad se la denominó como Facultad de Ingeniería y se le incorporó las Escuelas de Química e Ingeniería de Geología, Minas y Petróleos que venían funcionando bajo la dirección de la Facultad de Ciencias Químicas y Naturales.

En 1984, dado el auge petrolero que vivía el país, la Escuela de Geología, Minas y Petróleos se separa para convertirse en la actual Facultad. Dos años más tarde la Facultad de Ingeniería, por pedido de un sector de Profesores, retoma su anterior nombre, es decir, el de Facultad de Ingeniería, Ciencias Físicas y Matemática.

Esta Casa de Estudio, empeñada en ofrecer a la juventud del país otras opciones profesionales, en 1975 creó la Escuela de Ciencias para formar matemáticos y en septiembre de 1981 a la misma Escuela se le responsabilizó la tarea de preparar ingenieros informáticos.

En el año de 2003, la Escuela de Ciencias crea dos nuevas carreras: Ingeniería en Diseño Industrial e Ingeniería en Computación Gráfica.

En el año 2009 se crea la Facultad de Ingeniería Química.

En el año 2017 se tiene el proyecto: Facultad de Ciencias, con las Carreras de Física y Matemática."
 

 

 
A partir de 2019 se tiene el actual nombre: Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas
 

La palabra del día: mordicante



 
"Del lat. tardío mordĭcans, -antis. 

adj. Que mordica. 
 
adj. Acre, corrosivo, que causa picazón.

adj. p. us. Dicho de una persona: Que suele morder en las costumbres, figura, gustos, aficiones o extravagancias de las demás, pero nunca o rara vez en la honra."
 
Mordicar (Picar o punzar como mordiendo.)
"El término mordicante se refiere a algo o alguien que tiene la capacidad de mordicar, ya sea de manera literal o figurada.

En su acepción más concreta, describe algo que es acre o corrosivo, provocando una sensación de picazón.

Además, se utiliza para caracterizar a personas que critican las costumbres y gustos ajenos, pero lo hacen sin deteriorar la honra de los demás, mostrando una actitud incisiva pero no destructiva. "


"... Allí apareció por segunda vez la pintoresca, ingeniosísima y mordicante novela de costumbres políticas, , preludio de , y glorioso trofeo de la única campaña electoral y de la única aventura política de Pereda.

, y demonios colorados, y entre todo ello, los compradores curiosos yendo y viniendo, oprimidos, casi prensados, guardando el equilibrio, bregando sin cesar y ayudándose unos a otros para avanzar un paso en el continuo atolladero de contrarios oleajes, más irresistibles que por su fuerza, por su ruido ensordecedor y mordicante.

Al mismo tiempo que ese dolor mordicante y aflictivo, sentía una sobrexcitación intolerable en el gran simpático, que, desengáñese usted, es la raíz de donde arranca esa plaga de sensaciones insufribles.

Es alegre, habladora y expansiva, con más que puntas y ribetes de maliciosa y mordicante. ..."

En primera persona
 
Hace algún tiempo, escuché el término "está mordiscante", me explicó mi amigo que se utiliza cuando a una comida le falta o le sobre algo, sin tener una idea precisa de lo que falta o sobra, que lo convierte en mordiscante.
 
Ipso facto, lo adopté para esos casos y se ha convertido en parte del vocabulario de mi familia, una muletilla. Lo que se hereda, no se hurta. 
 
Al utilizarlo, se debe dar cierto énfasis y si consulta explicar a nuestro compañero de mesa.

Hace unos días, en un almuerzo, una amiga utilizó "... no me sirvo, porque el sabor del cebiche está mordiscante ..", le consulté sobre el significado e intercambiamos opiniones. 
 
Otros amigos también expresaron su docto criterio sobre el léxico y la gastronomía.
 
En diccionario ubiqué mordicante, actualizaré el uso, creo que es la referencia correcta.
 
Recuerdo cuando un periodista le consultó a una persona:
¿qué significa OK?
Contestó, con solvencia: "OK, Sr. periodista OK" 


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