Enfocando al Corazón ❤️
Por: @b3tomb
El abuelo César, que pedaleó hacia la eternidad,
montado en su bicicleta,
recorría los caminos mágicos de Imbabura,
con su cámara como fiel compañera,
capturaba el alma de la naturaleza pura.
Fue pionero, impulsor del turismo,
un periodista que vio más allá de lo evidente.
Aunque partió ocho años antes de que yo naciera,
su legado en mi sangre sigue latente.
No lo conocí, pero lo siento cerca,
en cada viaje que emprendo, en cada paso.
Es su espíritu el que guía mi mirada,
descubriendo historias que el tiempo deshace despacio.
Ahora yo recorro estos suelos ecuatorianos,
con mi cámara, revivo su pasión.
Encuentro historias en los fogones humildes,
narrativas de obreros, llenas de emoción.
Y en cada vuelo de un colibrí, lo encuentro:
es el abuelo César, vigilando mi camino.
Siento que me acompaña, que nunca me ha dejado,
y sé que, como él, cumpliré mi destino.
Soy periodista, lo llevo en el alma,
en cada imagen, en cada palabra escrita.
El eco de su vida resuena en la mía:
un legado eterno que el tiempo no marchita...
Por: @b3tomb
El abuelo César, que pedaleó hacia la eternidad,
montado en su bicicleta,
recorría los caminos mágicos de Imbabura,
con su cámara como fiel compañera,
capturaba el alma de la naturaleza pura.
Fue pionero, impulsor del turismo,
un periodista que vio más allá de lo evidente.
Aunque partió ocho años antes de que yo naciera,
su legado en mi sangre sigue latente.
No lo conocí, pero lo siento cerca,
en cada viaje que emprendo, en cada paso.
Es su espíritu el que guía mi mirada,
descubriendo historias que el tiempo deshace despacio.
Ahora yo recorro estos suelos ecuatorianos,
con mi cámara, revivo su pasión.
Encuentro historias en los fogones humildes,
narrativas de obreros, llenas de emoción.
Y en cada vuelo de un colibrí, lo encuentro:
es el abuelo César, vigilando mi camino.
Siento que me acompaña, que nunca me ha dejado,
y sé que, como él, cumpliré mi destino.
Soy periodista, lo llevo en el alma,
en cada imagen, en cada palabra escrita.
El eco de su vida resuena en la mía:
un legado eterno que el tiempo no marchita...