En algún momento un amigo me indicó "que falta de palabras en estos momentos", cuando pudimos conversar abordé solidaridad y empatía
"La solidaridad es uno de los valores humanos tradicionales, emparentado con la compasión y con la generosidad, y que tiene que ver con los ánimos de cooperar y brindar apoyo a una persona necesitada en su mayor momento de vulnerabilidad, sobre todo si ello implica hacer a un lado las necesidades, opiniones o prejuicios personales.
La ayuda prestada en un momento de solidaridad, así, se considera desinteresada, vale decir, que no espera una retribución o una ganancia a cambio del servicio prestado. Se supone que constituye un grado de altruismo o desprendimiento, que pone las necesidades ajenas por encima de las propias momentáneamente. Por eso es común apreciarla en situaciones críticas o catastróficas, como las guerras, los desastres naturales o simplemente las épocas problemáticas en la vida de alguien.
Del mismo modo, la solidaridad no suele considerarse como una obligación o un mandato, sino que ha de ser voluntaria. Existe, no obstante, un compromiso moral en quienes dispongan de los recursos para ayudar a otros a superar una situación crítica, y nuestra cultura no percibe con buenos ojos a quienes simplemente se rehúsen a hacerlo.
Por último, la solidaridad es un requisito en la construcción de relaciones afectivas profundas como el amor o la amistad, dado que generan agradecimiento e incluso un compromiso de reciprocidad en quienes reciben la ayuda desinteresada. Se trata de un valor ampliamente fomentado, como remedio a los males del individualismo y el egoísmo dentro del funcionamiento del mundo."
Es una característica muy valorada en el comportamiento humano, a menudo considerada un valor, que está vinculada con la capacidad de ponerse en el lugar del otro y conectar con sus necesidades y comprender su accionar. La empatía forma parte de lo que se conoce como inteligencia emocional y se vincula con otros valores como la compasión y el altruismo, y es opuesto al egoísmo y a la antipatía.
La empatía es una reacción inmediata e inconsciente, que no pasa por la razón y el intelecto, y que lleva a una persona a participar afectivamente en la situación de otra, por lo que se habla de la empatía como una cualidad innata del ser humano. Sin embargo, la empatía puede estar más o menos desarrollada en una persona y se puede trabajar para ponerla en función de los vínculos sociales y convertirla en hábito.
La empatía implica el desarrollo de habilidades y valores como la escucha atenta, la comprensión, la solidaridad y la tolerancia, y genera lazos saludables y relaciones respetuosas que contribuyen a la armonía social."
Dicen por ahí, que la persona que lleva la EMPATÍA en el alma, “es como esa pequeña luciérnaga” que va por el camino compartiendo su luz. Parece que tuviera el poder de entrar suavemente en el corazón del otro, repartiendo la grandeza que conduce su existencia... Anda por ahí y por aquí, escuchando sin prisas, mirando con amor y sintiendo todo en su propia piel. Conoce de ser dulce con quien lo necesita e incluso sabe mostrarse fuerte en el momento exacto. Esas pequeñas luciérnagas actúan con sutileza porque su mayor temor es herir a quien ya está herido... quien lleva ese brillo sanador en el alma, comprende y va por la vida desatando nudos, ofreciendo su hombro, secando lágrimas...
Quien va vestido de EMPATÍA, recorre caminos escuchando miradas, leyendo silencios, desinfectando heridas... Y va empujando al que ya no puede, para que vuelva a comenzar...
Su fuerza es la bondad…».« La EMPATÍA tiene una chispa indescriptible...
Dicen por ahí, que la persona que lleva la EMPATÍA en el alma, “es como esa pequeña luciérnaga” que va por el camino compartiendo su luz. Parece que tuviera el poder de entrar suavemente en el corazón del otro, repartiendo la grandeza que conduce su existencia... Anda por ahí y por aquí, escuchando sin prisas, mirando con amor y sintiendo todo en su propia piel. Conoce de ser dulce con quien lo necesita e incluso sabe mostrarse fuerte en el momento exacto. Esas pequeñas luciérnagas actúan con sutileza porque su mayor temor es herir a quien ya está herido... quien lleva ese brillo sanador en el alma, comprende y va por la vida desatando nudos, ofreciendo su hombro, secando lágrimas...
Quien va vestido de EMPATÍA, recorre caminos escuchando miradas, leyendo silencios, desinfectando heridas... Y va empujando al que ya no puede, para que vuelva a comenzar...
Su fuerza es la bondad…»."
"Ofertorio
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor.
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!
Tú me diste un amor, un solo amor,
¡un gran amor!
Me lo robó la muerte
...y no me queda más que mi dolor.
Acéptalo, Señor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!."
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