En la revisón de los periódicos digitales ubiqué una historia que le comparto
"Desde que, allá por 2006, el director y guionista Zack Snyder nos estremeció con «300» (un largometraje tan impactante como falto de veracidad histórica, todo sea dicho), el soldado espartano se ha convertido en el arquetipo de guerrero formidable que a todos viene a la cabeza cuando se hace referencia al combatiente más letal de la antigüedad. No es casualidad. Autores clásicos como Plutarco (nacido en el siglo I d.C.) o el todavía más remoto Simónides de Ceos (del siglo VI a.C.) se dejaron impresionar también por la educación militar que recibían los habitantes de esta ciudad-estado por parte de su gobierno.
El poeta Simónides, por ejemplo, llamó a Esparta la «domadora de hombres» («damasímbrotos») porque conseguía un doble objetivo: hacer a sus ciudadanos sumisos ante las leyes y lograr que se prepararan a conciencia para aplastar al enemigo.
Plutarco, por su parte, fue más descriptivo al señalar las bondades de la educación de la ciudad-estado: «A leer y a escribir aprendían porque era necesario, pero todo el resto de la educación tenía como meta obedecer disciplinadamente, resistir las penalidades y vencer en la batalla». Con todo, la realidad es que la gran pantalla ha difuminado la verdad histórica que existe tras los que, no se puede negar, fueron unos de los mejores soldados de su época. ..."
El poeta Simónides, por ejemplo, llamó a Esparta la «domadora de hombres» («damasímbrotos») porque conseguía un doble objetivo: hacer a sus ciudadanos sumisos ante las leyes y lograr que se prepararan a conciencia para aplastar al enemigo.
Plutarco, por su parte, fue más descriptivo al señalar las bondades de la educación de la ciudad-estado: «A leer y a escribir aprendían porque era necesario, pero todo el resto de la educación tenía como meta obedecer disciplinadamente, resistir las penalidades y vencer en la batalla». Con todo, la realidad es que la gran pantalla ha difuminado la verdad histórica que existe tras los que, no se puede negar, fueron unos de los mejores soldados de su época. ..."
PD
Mi
padre César Anibal Morales Granda sabía contarnos historias muy
interesantes de diferentes civilizaciones y mi abuelito materno Segundo
Juan Jose Leonardo Mejía Enríquez nos leia La mil y una noches.
Por supuesto también otros libros, contaban sus historias, de los amigos o de la comunidad, por lo que crecimos en un ambiente literario.
Sobre los espartanos, recuerdo una historia de mi Padre. Si un soldado Espartano regresaba de una batalla con una herida en su espalda, su madre le cortaba la cabeza
La explicación era que una herida por la espalda se produce cuando abandona la batalla
Mi abuelito Juan José era de Bolívar, provincia del Carchi. Nos decía que un carchense nunca se rendía y que sus hombres eran muy valientes y de corazón noble.
La explicación era que una herida por la espalda se produce cuando abandona la batalla
Mi abuelito Juan José era de Bolívar, provincia del Carchi. Nos decía que un carchense nunca se rendía y que sus hombres eran muy valientes y de corazón noble.
Estoy seguro que era la formación en valores, que se nutrían con los consejos de mi madre.
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