lunes, 26 de mayo de 2025

Posesión Presidencial, 2025/05/24

 

 


"Hoy, en la posesión presidencial, pareció que un nuevo Noboa está naciendo.
Parecería que viene con nueva energía y con mucha más fuerza.
Esperemos sea así
Les pongo las últimas palabras de su discurso"
 
Tomado de muro de face
 
"Lejos del lujo superficial de la posesión, el verdadero lujo fue la palabra.
 
Y esta vez, no fue solo una voz la que nos emocionó, sino dos.
El presidente Daniel Noboa y el presidente de la Asamblea, Niels Olsen, ofrecieron discursos que no solo informaron: inspiraron.
El mensaje de Noboa fue un lujo del alma.
Emocionante, vibrante, con ese tono que uno anhela ver y oír en un líder.
Claro. Conciso. Altivo. Estadista.
No habló para figurar, habló para trascender.
Reconoció con nobleza a quienes caminaron a su lado en esta ruta: sus colaboradores, a quienes llamó artífices de su entrega y compromiso.
Evocó frases de su padre, una memoria viva, celebró el regreso de su madre al escenario político, y expresó un agradecimiento profundo y sereno a su esposa, compañera en este nuevo desafío.
Y allí, junto a él, Niels Olsen elevó la voz desde la presidencia de la Asamblea.
Su discurso fue claro, directo y profundamente motivador.
Habló de una Asamblea que deja atrás las pugnas estériles para convertirse en un espacio de construcción, de acuerdos, de visión compartida.
Habló de una nueva etapa política en la que la Asamblea no será un obstáculo, sino un brazo extendido para construir país, trabajando de la mano con el presidente Noboa.
Y ese mensaje resonó.
Porque por primera vez en mucho tiempo, se sintió un cambio de rumbo real para el Ecuador.
No fue solo un gesto, fue una promesa en voz alta: colaborar, construir, avanzar.
La Asamblea, esa que tantas veces fue símbolo de confrontación, hoy se vislumbra como una aliada esencial.
Un nuevo ambiente. Un nuevo aire.
Inteligencia y belleza compartiendo el recinto.
La vicepresidenta, con elegancia y ternura, no temió mostrar humanidad: una lágrima rodó con fuerza y emoción, dejando claro que el servicio también puede ser sensible.
Y en el centro de la escena, firme y joven, Daniel Noboa, acompañado de su familia, pronunció un discurso que no fue solo político, fue profundamente humano.
Un mensaje que marcó el inicio de un nuevo tiempo.
Con visión. Con preparación. Con belleza interior y exterior.
Gente que inspira. Gente que construye.
Pero, como en todo cuadro, hay sombras.
La presencia de Gustavo Petro dejó una pregunta flotando en el aire:
¿Apoyo… o contradicción?
Porque mientras aquí da la mano, allá lanza acusaciones: de fraude electoral, de presos políticos.
Una incoherencia más del viejo teatro robolucionario, ya sin libreto, sin aplausos, y sin credibilidad. Politico del siglo XXI en decadencia
Pero Ecuador hoy mira al frente.
Con un presidente que no solo ocupa el cargo: lo honra.
Y con una Asamblea que, bajo el liderazgo renovador de Niels Olsen, ha decidido dar el paso hacia el futuro.
 
Esteban Mateus "
 

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