En temporada universitaria con mis compañeros consumíamos alcohol, en alguna casa y de preferencia el licor de nuestra ciudad. Al recuperarnos regresábamos a nuestro hogar, para recibir el escarmiento, si no habíamos informado y pedido permiso.
Creo que ahora los estudiantes universitarios lo consumen en sitios públicos.
En clase a mis estudiantes le pido que moderen el consumo de alcohol y donde lo hacen, por su salud y la imagen de su centro de estudios, que miren con quien se reúnen para que les garantice ayuda si lo precisan y que el licor no se va a acabar.
En clase a mis estudiantes le pido que moderen el consumo de alcohol y donde lo hacen, por su salud y la imagen de su centro de estudios, que miren con quien se reúnen para que les garantice ayuda si lo precisan y que el licor no se va a acabar.
He visto las acciones que realizan las Autoridades para evitar el consumo, Campañas que realiza Bienestar Universitario para evitar el consumo, el apoyo de la Policía y Municipio y se continúa generando noticias en primera plana...
El 24 de enero de 2025, al regresar a casita, 17h00 observé una batida a una cantidad considerable de jóvenes y mas tarde algunas noticias. En algún video reconozco a mis estudiantes.
Existe mucha tinta sobre consumo de alcohol a nivel general y videos generados, solo se debe ubicar.
Comparto dos estudios sobre el consumo en estudiantes universitarios, uno de Ecuador y otro de México, y videos que evidencian su consumo.
Análisis del nivel de consumo de alcohol en estudiantes universitarios
"... Discusión
La creciente frecuencia de con sumo de alcohol entre los jóvenes
universitarios es uno de los principales problemas a resolver, porque si
bien ha aumentado el número de acciones preventivas tomadas por la
Organización Mundial de la Salud en los últimos años, el problema
persiste y se agrava. Tradicionalmente, el problema del abuso de alcohol
ha sido casi exclusivo de los hombres, pero en la actualidad se
encuentran investigaciones que equiparan los porcentajes de consumo en
las féminas. Es así como este y otros estudios de muestran que, en la
actualidad, el abuso del alcohol ha trascendido las barreras de género y
cada vez son más las mujeres que beben alcohol con regularidad
(Giménez-García et al., 2018).
En
la tabla 2, se refleja que la variable de género no influye en la
ingesta de bebidas alcohólicas. Resultados similares se han identificado
entre hombres (53 %) y mujeres (47 %), (Conde et al., 2017). De forma
similar al estudio realizado por Ponce (2018), se declaró que la ingesta
de bebidas alcohólicas en las mujeres resultó en una prevalencia de un
nivel normal establecido en un 81,1 %, mientras que los varones lo
hicieron en aquellos correspondientes a un con sumo de riesgo del 24,3
%, un consumo perjudicial del 4,5 % y un nivel de dependencia del 6,5 %.
De forma contraria, en un estudio realizado por Gómez et al. (2017) se
demostró que el mayor porcentaje de ingesta de alcohol corresponde a los
hombres en un 87,6 % más que las mujeres, las cuales responden a un
79,1 % de la población de estudio.
Por
lo mencionado en la tabla 2 se indica que no se observa como relevante a
la variable género en cuanto al consumo de alcohol. Similares resulta
dos se evidencian en un estudio realizado en la ciudad de Ambato,
Ecuador, en el cual mediante la prueba Chi-cuadrado no se encontraron
diferencias significativas (Troncozo, 2019). De igual forma, en el
estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid por Motos et
al. (2015) se evidenciaron resultados similares en una comparación con
estudiantes universitarios de Argentina, Perú, Chile y Ecuador, donde la
brecha del consumo de riesgo es menor entre los géneros (Orozco et al.,
2016).
Además,
en Austria, se identificó que el consumo de alcohol y el ocio son
costumbres y se han convertido en un espacio para los hombres, pero que
también los niños y niñas se ven involucra dos a través de personas
mayores que en ocasiones los llevan hasta lugares donde se consume
alcohol. Sin embargo, no se encontró diferencia significativa para el
género y la cantidad de consumo (Fernández et al., 2019).
Mientras
que en un estudio de Mora y Herrán (2019) se encontraron datos
significativos de universitarios colombianos donde se determinó que un
tercio de los hombres y una quinta parte de las mujeres están en riesgo
de abuso de alcohol, y el número de dependientes o abusadores del
alcohol de las mujeres es el doble que el de los hombres.
En
cuanto a la cantidad de ingesta de bebidas, se ha realizado la
comparación con el género. Se reflejan altos niveles sobre todo entre
los estudiantes de sexo masculino (tabla 3).
En
relación con estas variables (género y cantidad de consumo), se aplicó
el estadístico U de Mann Whitney que permitió establecer la existencia
de dependencia entre estas variables. Resultado que difiere a lo ex
puesto por Ponce (2018), en un estudio con población universitaria de
diferentes facultades y carreras donde la mayor cantidad de alcohol es
consumida por el género masculino. En relación con la cantidad de
consumo de bebidas estándar se determina el predominio del género
masculino, en resultados similares se identifica ron los estudios
realizados por Gómez et al. (2017), los cuales se refieren a la cantidad
de consumo de alcohol que representa el 39,7 % en los hombres que toman
en mayores cantidades (entre cinco a nueve copas y/o cervezas por
ocasión de consumo), respecto a las mujeres que representan el 20,1 % de
este mismo consumo.
Además,
se evalúo la frecuencia de consumo de alcohol con resultados de
predominancia de la opción “una vez al mes” (Tabla 4). Resultados
similares se encontraron en un estudio realizado por Gómez et al. (2017)
donde el 38,3 % de los estudiantes beben una vez al mes, el 22 % los
fines de semana y el 18,6 % de una a tres veces a la semana. De estos
últimos, los hombres ingieren bebidas alcohólicas con mayor frecuencia
que las mujeres un p < que 0,001. Difiere de los resultados obtenidos
en un estudio realizado en Ecuador donde, con base en una muestra de
estudiantes universitarios, el 14,6 % afirmó que nunca ingieren alcohol,
el 50,7 % lo
hacen una o menos veces al mes, el 31,5 % de dos a cuatro veces al mes,
y un 3,3 % de dos a tres veces en la semana (Acosta et al., 2019).
Finalmente
se consideró la carrera que cursaban para determinar la influencia en
el nivel de consumo de alcohol y se reportó el predominio de la carrera
de odontología seguido de psicología clínica (tabla 5). En la prueba de
asociación H de Kruskal-Wallis, resultó que se observa una clara
diferencia entre el consumo de acuerdo con el tipo de carrera que cursan
en sus estudios universitarios. Resultados diferentes a los encontrados
en un estudio realizado en la Universidad San Francisco de Quito en
Ecuador, donde la carrera de medicina presentó mayor probabilidad de
consumo responsable de alcohol (Carbonell, 2017).
En
este mismo orden de pensamiento, en una investigación realizada en
Lima, se compararon las medias de dos poblaciones de estudiantes
universitarios en dos de sus facultades: ingenie ría y medicina, y el
resultado arrojó que existe un mayor riesgo de consumo en la primera
(Huerta et al., 2017).
Iguales
resultados se identifica ron en un estudio de ocho facultades de
universidades peruanas donde se determinó que los estudiantes de
medicina constituyen el mayor grupo de riesgo en el consumo de alcohol
(Mejía et al., 2016)
Conclusiones
Esta
investigación se fundamentó en los aportes teóricos relacionados con el
consumo de alcohol como una problemática frecuente en estudiantes
universitarios, debido al acceso libre a la adquisición para mayores de
18 años. El diagnóstico presentado determinó el consumo de alcohol
frecuente por lo menos una vez al mes de una bebida estándar sin
diferenciar el género de los estudiantes, como se observa en algunas
culturas donde se encuentra en evolución la equidad de género en el
consumo de alcohol.
Los
resultados obtenidos en este estudio indican la necesidad de generar
acciones y políticas de prevención y promoción de salud que
sensibilicen a los estudiantes consumidores de alcohol, ya que aquello
constituye un problema que debe ser analizado desde diferentes esferas
como la salud pública y académica."
Impacto del consumo de alcohol en estudiantes universitarios
"RESUMEN
La investigación se realizó en una universidad privada de la Ciudad de México con el fin de saber si el consumo de alcohol en universitarios varía dependiendo del sexo y las carreras que estudian. Se identificaron distintos factores como la forma en que ingieren alcohol y sus consecuencias, motivos del consumo y cómo afecta sus relaciones interpersonales. Investigaciones previas arrojan que la población universitaria tiene alta vulnerabilidad para caer en el excesivo consumo del alcohol a pesar de saber sus consecuencias, así como también está relacionado con situaciones emocionales sin importar que sean positivas o negativas. En esta investigación se confirmó que los hombres consumen más alcohol que las mujeres, los universitarios carecen de la capacidad para medir consecuencias y buscan cualquier pretexto emocional para justificar dicha ingesta.
Objetivo
El objetivo de este trabajo es descubrir los factores de riesgo de consumo de alcohol en universitarios, así como las formas y consecuencias de ingerir bebidas alcohólicas, motivos y cómo afecta las relaciones interpersonales de esta población.
... Discusión
Del Pino, A., Correa, B. (2016, 03 de marzo).Impacto del consumo de alcohol en estudiantes universitarios. Revista PsicologiaCientifica.com, 1(11). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/alcoholismo-jovenes-universitarios
Este trabajo se realizó con el principal objetivo de descubrir si el nivel de consumo de alcohol varía en estudiantes universitarios de ambos sexos, de diferentes carreras de la Universidad Iberoamericana. A través de las encuestas se pudo detectar con qué frecuencia y por qué consumen alcohol.
Los objetivos de la investigación pretendían descubrir los factores de riesgo en el consumo de los universitarios, las razones y frecuencia de dicho consumo y si el sexo y las diferentes carreras en las que estudian influyen en estos factores.
Los participantes contestaron en general con una perspectiva positiva, además se tomaban el tiempo necesario para leer cada uno de los reactivos y contestarlos de forma adecuada, esto se refleja en la congruencia de los resultados y la confiabilidad y validez de la prueba.
El instrumento estaba formado por 33 reactivos en escala tipo Likert y seis preguntas sociodemográficas. Fue sometido a los análisis de discriminación de reactivos, análisis de confiabilidad y análisis de validez.
Respecto a los resultados, se buscó comparar la forma y consecuencia de ingerir bebidas alcohólicas, los motivos y relaciones interpersonales con las variables de edad, sexo, carrera, semestre, promedio y si trabajaban o no.
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre:
Forma de beber y sexo donde los resultados mostraron que el sexo masculino tiene una forma de beber más frecuente y más excesiva que el sexo femenino. Por otro lado, los hombres encuentran más motivos para tomar que las mujeres. En cuanto a las diferencias entre relaciones y sexo se observó que el sexo masculino tiene más consecuencias en sus relaciones interpersonales debido a su forma de beber a comparación del sexo femenino.
En cuanto a las personas que trabajan y las personas que no, se arrojaron los siguientes datos: Los que sí trabajan tienen una forma de beber más frecuente y más excesiva que los que no trabajan. Además, los estudiantes que trabajan encuentran más motivos para tomar que aquellos que no trabajan. En cuanto a las personas que trabajan tienen más consecuencias en sus relaciones interpersonales debido a su forma de beber a comparación de los que no trabajan.
La edad de los participantes demostró que aquellas personas de 24 años o más beben de forma excedida y tienen una falta de capacidad para medir consecuencias a comparación de los participantes de 19 años. Se afirmó que las personas de 24 años y más, encuentran más motivos para beber que las personas de 21 años. También, las personas de 24 años y más, tienen más problemas interpersonales que los de 19 años. Esto coincide con el trabajo de Armendáriz, Villar, Alonso, Alonso y Oliva (2012).
Se encontró que aquellos participantes que tienen 9 de promedio y más, suelen beber menos alcohol y miden más consecuencias que aquellos con un promedio de 7. Así mismo, los que tienen promedio de 7 encuentran más motivos para beber que los que tienen 9. Y tienen menos problemas interpersonales debido al alcohol los que tienen promedio de 9, a comparación de los que tienen 7 de promedio.
Por último, los participantes que se encuentran de 1er a 3er semestre suelen tomar menos y miden más consecuencias que aquellos que van en 4o semestre o más. A su vez, encuentran menos motivos para ingerir bebidas alcohólicas los que van de 1er a 3er semestre que aquellos participantes que se encuentran en séptimo semestre o más. Finalmente, tienen más problemas interpersonales debido a consumir alcohol aquellos que van en 7mo semestre o más, que los participantes que van de 1er a 3er semestre.
Como conclusión, las personas que son mayores y por ende la mayoría tiene trabajo, son aquellos los cuales ingieren bebidas alcohólicas de forma excesiva y frecuentemente. Esto confirma también, que encuentran más motivos para ingerir bebidas alcohólicas, así sea por algo emocional, a causa de problemas interpersonales, entre otras cosas. Lo anteriormente explicado es causado, como lo explica Acosta, Fernández y Pillon (2011), ya que los jóvenes que no trabajan no cuentan con mucho dinero, por lo que no tienen acceso a ésta sustancia tan fácilmente.
Por otro lado, los resultados arrojaron que las mujeres toman menos cantidad que los hombres, por ende, no encuentran tantos motivos para beber. Por lo que se afirma la investigación realizada por Alabarracín y Muñoz (2008), ya que confirmó que el género que presentó mayor consumo y con mayor frecuencia son los hombres ya que lo hacen de forma semanal en un 50% a diferencia de las mujeres que es mensual y de 47,6%.
Se observó que los participantes de éste estudio los cuales toman frecuentemente, de forma excesiva, sin medir riesgos, encontrando cualquier motivo, entre otras cosas, son aquellos que son universitarios mayores a 24 años que además trabajan, por lo que tienen la facilidad económica de consumir alcohol y conocen las consecuencias de éste consumo. Por ello, se propone que impongan más leyes para controlar el consumo de alcohol, como horarios más estrictos de la venta de alcohol tanto en tiendas como en bares y restaurantes, así como también, que haya más alcoholímetros. También se sugiere que los lugares que vendan alcohol controlen la venta a sus consumidores, de ésta manera, las personas no saldrían con un nivel de intoxicación elevada. De ésta manera, se evitarían riesgos tanto para las personas que beben como para las personas que no lo hacen. "
Los objetivos de la investigación pretendían descubrir los factores de riesgo en el consumo de los universitarios, las razones y frecuencia de dicho consumo y si el sexo y las diferentes carreras en las que estudian influyen en estos factores.
Los participantes contestaron en general con una perspectiva positiva, además se tomaban el tiempo necesario para leer cada uno de los reactivos y contestarlos de forma adecuada, esto se refleja en la congruencia de los resultados y la confiabilidad y validez de la prueba.
El instrumento estaba formado por 33 reactivos en escala tipo Likert y seis preguntas sociodemográficas. Fue sometido a los análisis de discriminación de reactivos, análisis de confiabilidad y análisis de validez.
Respecto a los resultados, se buscó comparar la forma y consecuencia de ingerir bebidas alcohólicas, los motivos y relaciones interpersonales con las variables de edad, sexo, carrera, semestre, promedio y si trabajaban o no.
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre:
Forma de beber y sexo donde los resultados mostraron que el sexo masculino tiene una forma de beber más frecuente y más excesiva que el sexo femenino. Por otro lado, los hombres encuentran más motivos para tomar que las mujeres. En cuanto a las diferencias entre relaciones y sexo se observó que el sexo masculino tiene más consecuencias en sus relaciones interpersonales debido a su forma de beber a comparación del sexo femenino.
En cuanto a las personas que trabajan y las personas que no, se arrojaron los siguientes datos: Los que sí trabajan tienen una forma de beber más frecuente y más excesiva que los que no trabajan. Además, los estudiantes que trabajan encuentran más motivos para tomar que aquellos que no trabajan. En cuanto a las personas que trabajan tienen más consecuencias en sus relaciones interpersonales debido a su forma de beber a comparación de los que no trabajan.
La edad de los participantes demostró que aquellas personas de 24 años o más beben de forma excedida y tienen una falta de capacidad para medir consecuencias a comparación de los participantes de 19 años. Se afirmó que las personas de 24 años y más, encuentran más motivos para beber que las personas de 21 años. También, las personas de 24 años y más, tienen más problemas interpersonales que los de 19 años. Esto coincide con el trabajo de Armendáriz, Villar, Alonso, Alonso y Oliva (2012).
Se encontró que aquellos participantes que tienen 9 de promedio y más, suelen beber menos alcohol y miden más consecuencias que aquellos con un promedio de 7. Así mismo, los que tienen promedio de 7 encuentran más motivos para beber que los que tienen 9. Y tienen menos problemas interpersonales debido al alcohol los que tienen promedio de 9, a comparación de los que tienen 7 de promedio.
Por último, los participantes que se encuentran de 1er a 3er semestre suelen tomar menos y miden más consecuencias que aquellos que van en 4o semestre o más. A su vez, encuentran menos motivos para ingerir bebidas alcohólicas los que van de 1er a 3er semestre que aquellos participantes que se encuentran en séptimo semestre o más. Finalmente, tienen más problemas interpersonales debido a consumir alcohol aquellos que van en 7mo semestre o más, que los participantes que van de 1er a 3er semestre.
Como conclusión, las personas que son mayores y por ende la mayoría tiene trabajo, son aquellos los cuales ingieren bebidas alcohólicas de forma excesiva y frecuentemente. Esto confirma también, que encuentran más motivos para ingerir bebidas alcohólicas, así sea por algo emocional, a causa de problemas interpersonales, entre otras cosas. Lo anteriormente explicado es causado, como lo explica Acosta, Fernández y Pillon (2011), ya que los jóvenes que no trabajan no cuentan con mucho dinero, por lo que no tienen acceso a ésta sustancia tan fácilmente.
Por otro lado, los resultados arrojaron que las mujeres toman menos cantidad que los hombres, por ende, no encuentran tantos motivos para beber. Por lo que se afirma la investigación realizada por Alabarracín y Muñoz (2008), ya que confirmó que el género que presentó mayor consumo y con mayor frecuencia son los hombres ya que lo hacen de forma semanal en un 50% a diferencia de las mujeres que es mensual y de 47,6%.
Se observó que los participantes de éste estudio los cuales toman frecuentemente, de forma excesiva, sin medir riesgos, encontrando cualquier motivo, entre otras cosas, son aquellos que son universitarios mayores a 24 años que además trabajan, por lo que tienen la facilidad económica de consumir alcohol y conocen las consecuencias de éste consumo. Por ello, se propone que impongan más leyes para controlar el consumo de alcohol, como horarios más estrictos de la venta de alcohol tanto en tiendas como en bares y restaurantes, así como también, que haya más alcoholímetros. También se sugiere que los lugares que vendan alcohol controlen la venta a sus consumidores, de ésta manera, las personas no saldrían con un nivel de intoxicación elevada. De ésta manera, se evitarían riesgos tanto para las personas que beben como para las personas que no lo hacen. "
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