"El Adviento es el tiempo litúrgico con el que inicia un nuevo año en la Iglesia. La palabra adviento proviene del latín adventus, que significa “venida”, es un tiempo de espera, esperanza y preparación para la llegada de Cristo: su nacimiento en Belén, su presencia cotidiana en nuestra vida y su retorno glorioso al final de los tiempos.
Por eso, Adviento significa abrir el corazón para recibir a Jesús.
No es solo recordar un hecho del pasado, sino renovar la fe en Aquél que sigue viniendo cada día.
«Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos» (Mt 3,3).
En 2025, el Adviento comenzará el domingo 30 de noviembre y terminará el 24 de diciembre por la tarde, cuando inicia la celebración de la Nochebuena.
«Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos» (Mt 3,3).
En 2025, el Adviento comenzará el domingo 30 de noviembre y terminará el 24 de diciembre por la tarde, cuando inicia la celebración de la Nochebuena.
Los 4 temas del Adviento
El Adviento está marcado por cuatro semanas, cada una con una invitación espiritual que nos prepara para la Navidad:
La esperanza.
Recordamos que Dios cumple sus promesas. La primera vela de la corona de Adviento nos invita a confiar en Su fidelidad, incluso cuando el mundo parece oscuro.
La fe.
Miramos a los profetas, especialmente a Isaías, que anunciaron la venida del Mesías. Es tiempo de fortalecer nuestra fe en un Dios que nunca falla.
La alegría.
Con el “Domingo Gaudete”, la Iglesia nos recuerda que la espera no es triste, sino gozosa. Nos preparamos con gozo porque el Señor está cerca.
El amor.
En la última semana, la Virgen María nos enseña a recibir a Cristo con un corazón disponible. El amor es la puerta por donde Dios entra en nuestra vida.
Estos cuatro temas son también un camino interior: de la espera a la confianza, de la confianza a la alegría, y de la alegría al amor pleno.
¿Qué significan los 4 domingos de Adviento?
Cada domingo de Adviento representa una nueva etapa de este camino espiritual hacia la Navidad.
El primer domingo nos introduce en la esperanza: encendemos la primera vela, de color morado, y recordamos que Cristo es la luz que llega a disipar nuestras tinieblas.
El segundo domingo está marcado por la fe: la liturgia nos presenta a los profetas que anunciaron la venida del Salvador, invitándonos a confiar en la promesa de Dios.
El tercer domingo, llamado Gaudete, se caracteriza por la alegría. La vela rosa se enciende como signo de gozo, porque la llegada del Señor está próxima.
Finalmente, el cuarto domingo nos prepara en el amor: contemplamos a María y José, modelos de entrega y fe, que nos enseñan a abrir el corazón para recibir al Niño Jesús.
Cada vela encendida es más que un adorno: es un símbolo de nuestra fe que crece, una oración que ilumina, un paso más en el camino hacia el encuentro con Cristo.
¿Qué se hace en el tiempo de Adviento?
El Adviento no se trata de correr para comprar regalos o adornar el árbol, sino de preparar el corazón. La Iglesia nos invita a vivirlo con tres actitudes fundamentales:
Oración: dedicar momentos de silencio para escuchar a Dios, rezar el Rosario o meditar las lecturas diarias.
Conversión: revisar la vida, reconciliarnos con Dios y con los demás, acercarnos al sacramento de la confesión.
Caridad: compartir con los necesitados, acompañar al que sufre, vivir el amor de manera concreta.
Conversión: revisar la vida, reconciliarnos con Dios y con los demás, acercarnos al sacramento de la confesión.
Caridad: compartir con los necesitados, acompañar al que sufre, vivir el amor de manera concreta.
Además, muchas familias usan el calendario de Adviento, una forma práctica y hermosa de recorrer los días que faltan para la Navidad con pequeños gestos de fe y bondad.
Adviento 2025: una nueva oportunidad
El Adviento 2025 es más que un tiempo litúrgico: es una oportunidad espiritual para empezar de nuevo.
Cada año, la Iglesia nos recuerda que Cristo no se cansa de venir, y que cada corazón que lo espera con amor se convierte en un nuevo Belén.
Así que este Adviento, no midas los días con el calendario, sino con los gestos de amor que prepares para recibir a Jesús.
“El Señor está cerca. No se inquieten por nada” (Flp 4,5-6).
¡Que tengas un bendecido día en compañía de Jesús y María!"Cada año, la Iglesia nos recuerda que Cristo no se cansa de venir, y que cada corazón que lo espera con amor se convierte en un nuevo Belén.
Así que este Adviento, no midas los días con el calendario, sino con los gestos de amor que prepares para recibir a Jesús.
“El Señor está cerca. No se inquieten por nada” (Flp 4,5-6).
La palabra “adviento” viene del latín adventus, que quiere decir “venida” y se asocia con las cuatro semanas de preparación para la Navidad. El adviento siempre incluye cuatro domingos y empieza desde el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre) y continúa hasta el 24 de diciembre.
En 2025, el Adviento comienza el 30 de noviembre y termina el 24 de Diciembre (Nochebuena), cuando comienza la Misa de Navidad. El Día de Navidad es el 25 de diciembre.
En 2025, el Adviento comienza el 30 de noviembre y termina el 24 de Diciembre (Nochebuena), cuando comienza la Misa de Navidad. El Día de Navidad es el 25 de diciembre.
¿Por qué celebramos el Adviento?
El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 524, nos dice:
Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17). Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya".
¿Por qué es importante el Adviento para la Iglesia Católica?
Es un tiempo de preparación para celebrar la Encarnación del Hijo de Dios en Navidad. Así como cada año la Navidad parece empezar con más anticipación en lo comercial, los fieles deben tratar de preparar el corazón para acercarse más al Señor. La Madre Angélica, fundadora de EWTN, dijo una vez:
No dejemos que se nos pase este tiempo sin dar espacio en nuestros corazones a una profunda espiritualidad que nos permita meditar. Meditar el misterio de cómo y por qué este Dios omnipotente, antes quien los ángeles tiemblan, haya descendido y haya vivido nueve meses en el vientre de la mujer más pura y santa de todos los tiempos, pasado y futuro. Él estuvo confinado en un vientre con esa Inteligencia Infinita, ese Poder Infinito y ese Poder del Espíritu Santo.
¿Cómo prepararse durante el Adviento?
En primer lugar, es bueno destinar más tiempo a rezar, puede ser los Misterios gozosos del Rosario, la Corona franciscana y la Novena de Navidad (ver más abajo); todas devociones que nos ayudan a pensar en el misterio de la venida del Señor al mundo.
También es importante leer las Sagradas Escrituras, especialmente los relatos de la infancia de Jesús en Mateo y Lucas. El Catecismo de la Iglesia Católica, en los capítulos 2 y 3 de la segunda parte del Credo, expresan la fe de la Iglesia en la Encarnación y la Natividad del Señor.
Por último, para preparar verdaderamente el corazón, es importante hacer una Confesión al menos una vez durante este tiempo; y quizás ir a Misa durante los días de semana y hacer adoración eucarística cuando sea posible.
También es importante leer las Sagradas Escrituras, especialmente los relatos de la infancia de Jesús en Mateo y Lucas. El Catecismo de la Iglesia Católica, en los capítulos 2 y 3 de la segunda parte del Credo, expresan la fe de la Iglesia en la Encarnación y la Natividad del Señor.
Por último, para preparar verdaderamente el corazón, es importante hacer una Confesión al menos una vez durante este tiempo; y quizás ir a Misa durante los días de semana y hacer adoración eucarística cuando sea posible.
¿Cómo se vive el Adviento?
El Adviento es una pequeña Cuaresma: comienza recordando que Cristo vendrá como Juez al final de los tiempos; es un tiempo para pensar en la santidad con la que debemos prepararnos para recibir al Señor. Por eso, aunque no es estrictamente un tiempo de penitencia, los fieles deben volver a poner la mirada en Jesús mediante la oración, la limosna y el sacrificio.
En la última parte del Adviento, esperamos con alegría su Primera Venida, en Belén. Una buena forma de hacerlo es meditar las antífonas de Adviento que se usan en la Misa, porque cada una evoca un título mesiánico de Cristo del Antiguo Testamento.
En la última parte del Adviento, esperamos con alegría su Primera Venida, en Belén. Una buena forma de hacerlo es meditar las antífonas de Adviento que se usan en la Misa, porque cada una evoca un título mesiánico de Cristo del Antiguo Testamento.
¿Cuáles son los símbolos de Adviento?
El Adviento tiene muchos símbolos: el calendario, la corona con velas, el árbol de Jesé, el pesebre (sin el Niño Jesús hasta la Navidad). Cada uno de estos símbolos puede convertirse en una tradición familiar y un excelente medio para enseñar a los hijos a preparar el corazón para el Nacimiento de Jesús.
¿Por qué se usa el color morado en el Adviento?
El año litúrgico utiliza diferentes colores para los distintos tiempos litúrgicos. La instrucción Redemptionis Sacramentum (121) expresa: «La diversidad de los colores en las vestiduras sagradas tiene como fin expresar con más eficacia, aun exteriormente, tanto las características de los misterios de la fe que se celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico».
El violeta o morado, símbolo de sufrimiento y penitencia, es, por tanto, el color litúrgico tanto de Adviento como de Cuaresma.
El violeta o morado, símbolo de sufrimiento y penitencia, es, por tanto, el color litúrgico tanto de Adviento como de Cuaresma.
¿Qué representan las cuatro velas de Adviento?
Las velas señalan las cuatro semanas de Adviento. El primer domingo de Adviento se enciende una vela violeta; el segundo domingo se enciende una segunda vela violeta. El tercer domingo, se enciende una vela rosa, y el cuarto domingo, la última vela, violeta. Estos colores coinciden con los colores de las vestimentas de cada una de esas semanas: violeta, penitencia; rosa, alegría.
La Corona de Adviento nos recuerda el tiempo antes de Jesús, cuando el mundo vivía una oscuridad espiritual. Durante Adviento, recordamos los días del Antiguo Testamento, mientras anticipamos con ansias el Nacimiento de Jesús en Navidad.
La Corona de Adviento nos recuerda el tiempo antes de Jesús, cuando el mundo vivía una oscuridad espiritual. Durante Adviento, recordamos los días del Antiguo Testamento, mientras anticipamos con ansias el Nacimiento de Jesús en Navidad.
¿Qué vela se enciende primero?
Primera semana: : Una vela violeta.
Segunda semana: Adicionalmente a la vela encendida la primera semana, se enciende otra vela violeta.
Tercera semana: Se encienden las dos velas de las semanas anteriores y la vela rosada.
Cuarta semana: Se encienden las cuatro velas.
Segunda semana: Adicionalmente a la vela encendida la primera semana, se enciende otra vela violeta.
Tercera semana: Se encienden las dos velas de las semanas anteriores y la vela rosada.
Cuarta semana: Se encienden las cuatro velas.
¿Qué oraciones y prácticas se asocian al Adviento?
Los Misterios gozosos del Rosario pueden ayudarnos a poner la atención en la Encarnación de Jesús. También suele rezarse la Novena de Navidad durante todo el Adviento.
¿Cuál es el significado del Tercer Domingo o Domenica Gaudete?
La palabra latina gaudete (alégrate) es la primera palabra de la antífona de entrada de la Misa del tercer domingo de Adviento. Nos llama a alegrarnos porque se acerca la venida del Señor. Ese día, el sacerdote se reviste con vestimentas rosadas en lugar de moradas.
¿Qué es la Novena de Navidad?
Esta novena es una oración especial para los últimos nueve días de Adviento, desde el 16 de diciembre hasta Nochebuena. Ayuda a preparar el corazón para la Natividad del Señor. La oración es la siguiente:
Bendita y alabada sea la hora y el momento
en que el Hijo de Dios nació
de María la Virgen Purísima,
a medianoche, en Belén,
en el frío penetrante.
En esa hora, dígnate, ¡Oh Dios mío!
escuchar mi plegaria y conceder mis deseos
(mencionar la intención),
por los méritos de Nuestro Salvador Jesucristo,
y por su bendita Madre.
en que el Hijo de Dios nació
de María la Virgen Purísima,
a medianoche, en Belén,
en el frío penetrante.
En esa hora, dígnate, ¡Oh Dios mío!
escuchar mi plegaria y conceder mis deseos
(mencionar la intención),
por los méritos de Nuestro Salvador Jesucristo,
y por su bendita Madre.
Amén."

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