martes, 13 de febrero de 2018

Cambalache (La Biblia junto al calefón)

En la publicación CAMBALACHE (La Biblia junto al calefón) se indica:


“El tango Cambalache es la más famosa obra que compuso el gran poeta Enrique Santos Discépolo. Aunque hayan pasado más de 75 años desde su creación, su letra sigue manteniendo enorme vigencia, como un claro reflejo de la sociedad. La frase que junta a la Biblia con un calefón es una pegada magistral, quizás la de mayor repercusión en esa histórica letra. Pero ¿cuál es su significado?

Cambalache fue compuesto en 1934 para la película "El alma del bandoneón", estrenada al año siguiente. Allí lo interpretó el cantor Ernesto Famá acompañado por la orquesta de Francisco Lomuto.

La obra nació durante la Década Infame, a la que denuncia Discépolo en varias de sus letras. Como respuesta de gobiernos autoritarios, en distintas etapas de la historia negra de nuestro país, fue censurada. Pero siempre renació con toda su originalidad. Particularmente en Argentina, Uruguay y Colombia, el término cambalache refiere a una prendería, lugar de compraventa de enseres usados.

Discepolín usó en esa letra 273 palabras, para todo un curso sobre las características del siglo XX.
En una parte dice la frase en cuestión: 
"… y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia junto a un calefón…".
Tal expresión contrasta un libro de gran valor religioso con un artefacto mundano, y ha sido empleada en otras muchas cosas. Por ejemplo para titular algún programa (Jorge Guinzburg) o un tema discográfico (Joaquín Sabina). Quizás el autor en su enfoque del ‘siglo veinte problemático y febril’ donde ‘todo es igual, nada es mejor’ quiso juntar a Dios (la Biblia) con el infierno (el calefón, generador de calor, de fuego) y de allí que concluya con el vaticinio: "...que allá en el horno se vamo a encontrar..." No deja de ser una posibilidad.  
Letra y música: Enrique Santos Discépolo, 1935

Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés. 
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue 
y en el mismo lodo 
todos manoseados.


Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual! 
¡Nada es mejor! 
Lo mismo un burro 
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura 
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos, 
caradura o polizón. 

¡Qué falta de respeto, 
qué atropello a la razón!
; Cualquiera es un señor, 
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky 
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón, 
Carnera y San Martín... 
Igual que en la vidriera 
irrespetuosa 
de los cambalaches 
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia 
junto a un calefón. 

Siglo veinte, cambalache 
problemático y febril... 
El que no llora no mama 
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...! 
¡Dale, que va...! 
¡Que allá en el Horno 
nos vamoa encontrar...! 
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura 
noche y día como un buey, 
que el que vive de los otros, 
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley..

Fuente:

- Hugo Gregorutti. "El Diario" de Paraná. 6.4.2012
www.lagazeta.com.ar "


El tango 



Existen algunos análisis del tango, su contexto y muchas interpretaciones del tango:



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