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Impulsando la integridad académica con el ejemplo By ADRIANA LIZETH BARBERENA CERDA on Aug 16, 2021 12:33 pm
"En muchas universidades ha comenzado un nuevo semestre, otro más en pandemia, pero diferente, pues ahora se han abierto esquemas híbridos y presenciales para el desarrollo de las clases. Esto, sin duda alguna, es motivante tanto para estudiantes como para profesores que buscan alcanzar el máximo aprovechamiento académico, y para lograrlo, la integridad académica juega un papel esencial.
Por esta razón, es importante que desde el primer día de clases se hable de este tema, no solo de las reglas, sino también de los beneficios de actuar con integridad. Recordar a los estudiantes por qué es fundamental cumplir con las actividades de manera ética y responsable, lo valioso que es crear lazos de confianza con sus profesores y compañeros; así como contribuir a su comunidad universitaria y a la sociedad en general, promoviendo la honestidad. Pero de poco sirve mencionar a los estudiantes estas acciones, si los profesores no predican con el ejemplo. Así que, a continuación, comparto algunas recomendaciones para promover la integridad académica desde el rol como profesor:- Esforzarse por vivir la integridad. Vivir con integridad es un esfuerzo constante por buscar una mejora personal y esto se puede manifestar en la labor docente con detalles concretos como la puntualidad, la responsabilidad, el entusiasmo y esmero para preparar las clases, la justicia para evaluar tareas, exámenes y proyectos, etc. Es importante que los estudiantes perciban que la integridad no es algo que solo se les exige a ellos, sino también a sus profesores. Este punto puede resumirse en la famosa frase “Las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra”
- Fomentar el gusto por aprender. Es importante despertar en los estudiantes el gusto por aprender, desarrollarles distintas habilidades y ayudarlos a encontrar sentido a la clase relacionándola con su futuro profesional. Para ello, se recomienda utilizar técnicas pedagógicas y didácticas más efectivas, así como actividades interesantes, significativas y retadoras.
- Inspirar confianza. Generar un ambiente de confianza puede evitar muchos casos de deshonestidad académica. Hay que escuchar a los estudiantes y tener las puertas abiertas para que se acerquen a consultar dudas de la clase y apoyarlos en su aprendizaje.
- Reiterar el compromiso con la integridad. Conocer y cumplir con la normativa (código de honor, reglamento de conducta, valores y filosofía de la institución, etc.) es compromiso de todos, desde el guardia de seguridad hasta el rector de la universidad.
- Capacitarse y actualizarse. Nunca se deja de aprender, y los profesores, siempre tienen que estar a la vanguardia, no solo en la materia que imparten sino también con las distintas técnicas y recursos que van surgiendo. Especialmente con la pandemia de Covid-19, la educación revolucionó y constantemente están surgiendo nuevas herramientas y plataformas educativas que se pueden aprovechar.
- Sumarse a las campañas institucionales. Las campañas y eventos, además de promover un tema en específico, fortalecen la pertenencia, crean comunidad y transmiten los valores de la institución.
- Hacer corresponsables a los estudiantes. Los estudiantes son protagonistas del cambio cultural y para ello, hay que motivarlos a levantar la voz para denunciar lo que no es correcto y juntos trabajar por una comunidad más íntegra.
- Aclarar expectativas y consecuencias. Desde el primer día de clases hay que aclarar las “reglas del juego”, qué se espera de los estudiantes, del profesor y de la clase. Se debe explicar cómo se va a trabajar durante el semestre y puntualizar todos los detalles en el programa de estudios.
- Recomendar talleres para el desarrollo de habilidades. Es importante promover con los estudiantes los distintos recursos con los que cuenta la universidad como talleres, consejerías y tutorías para apoyarlos en su aprendizaje.
- Usar instrumentos de evaluación adecuados. Una acertada evaluación es uno de los factores más relevantes para promover la integridad académica, por lo que se debe contar con un portafolio diverso y robusto para evaluar, bancos de reactivos bien diseñados, distintos tipos de exámenes y actualizarlos cada semestre.
- Evitarles ocasiones de equivocarse. La aplicación de protocolos de exámenes, así como el uso de software para la detección de plagio, gestores de referencia y otras herramientas tecnológicas ayudarán a dificultar el intento de trampa.
- Reconocer los comportamientos honestos. Destacar lo positivo siempre tendrá mejores efectos que resaltar lo negativo, por lo que es valioso reconocer a los estudiantes que actúan con integridad y así, motivar a los demás a que sigan el mismo camino.
- Aplicar consecuencias y reportar faltas. Reportar las faltas de deshonestidad y seguir los procedimientos que la universidad indica para ello, es parte de ser ejemplo y promover la integridad, además de buscar que los estudiantes reportados aprendan de sus consecuencias y no repitan sus errores en el futuro.
Recordemos que los estudiantes son observadores de cada paso y comportamiento de sus profesores, e incluso algunos los toman como modelos a seguir, pero a veces esto es dado por sentado. Por ello, los profesores siempre deben ser ejemplo de un comportamiento íntegro, para de esta manera, lograr un efecto dominó que permee no solo en sus estudiantes sino en la sociedad en general.
Información basada en las recomendaciones elaboradas por Jean Guerrero Dib, Director de Identidad y Principios Institucionales de la Universidad de Monterrey. Adaptado de McCabe, D. y Pavela, G. (2004) Ten(updated) principles of academic integrity. Change, 36(3), 10-15. Recuperado de https://goo.gl/QkTfCq"
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