miércoles, 6 de abril de 2022

¿Quien es tu Abuela?

 



¿Quien es tu Abuela?

"- Mi abuela, es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un caramelo y un pañal de emergencia.

- Mi abuela, es ese cohete tan rápido que va por casa disparada y está en todas partes.

-Mi abuela, es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso.

-Mi abuela, es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos, aunque después le duelan todos los huesos.

-Mi abuela, es esa Campeona de atletismo capaz de llegar en decimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me caiga por las escaleras.

-Mi abuela, es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia.

-Mi abuela, es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro rato, va a la peluquería.

-Mi abuela, es ese cuentacuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí.

-Mi abuela, es esa cocinera capaz de hacerme una cena riquísima con dos cosas que quedaban en la nevera.

-Mi abuela, es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.

-Mi abuela, es esa cantante que en las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito.

-Mi abuela es esa payasa que hace que me doble de risa con solo mover la cara.

¿La ves? Es aquella, la más guapa, la que sonríe…. Tú!!!!!


Feliz día de las abuelas"

 


 

Parte dos, autor Anónimo


"Una anciana se presentó a la caja del banco para hacer un retiro en efectivo. Le entregó al cajero su libreta y le dijo:

Quisiera retirar 50€.

El cajero le respondió:
- Para retiros de menos de 600€, use el cajero automático.

La anciana preguntó:
- ¿Por qué?

El cajero le contestó, sin mayor explicación, mientras le devolvía la libreta bancaria:
- Esas son las instrucciones. Por favor, hay gente detrás suyo esperando ¡Por favor, vaya al cajero automático!

La anciana permaneció en silencio unos segundos, luego devolvió la libreta al empleado del banco y le dijo:
- Por favor, ayúdeme a retirar todo el dinero de mi cuenta…

El cajero se asombró cuando revisó el saldo de la cuenta de la anciana y le dijo:
- Tiene 100.000€ en su cuenta y el banco no puede entregar esa cantidad en este momento. ¿Puede volver mañana?

Sin inmutarse, la anciana le preguntó ¿cuánto puedo retirar en el acto? El cajero le respondió:
- Cualquier cantidad hasta 3.000€.

La anciana le pidió entonces:
- Bueno, por favor, entrégueme 3.000€.

El cajero regresó enojado, sacó una pila de fajos de 5€, 10€ y de 20€ y pasó los siguientes diez minutos contando esos billetes de pequeña denominación hasta llegar a los 3.000€ solicitados. Se los entregó a la anciana y le dijo:

- ¿Hay algo más que pueda hacer por usted?

En silencio, la anciana guardó 50€ en su cartera y le dijo:
- Sí, quiero depositar estos 2.950€ en mi cuenta.


MORALEJA: No te pongas difícil con los viejos, los ancianos y los experimentados, porque ya han pasado la vida trabajando y aprendiendo habilidades.

Todos a favor del trato humano a las personas mayores. No somos idiotas somos mayores y merecemos atención y respeto."

 

Parte tres: Las manos del abuelo, Anónimo


"Nunca volveré a ver mis manos de la misma manera…

El abuelo con noventa y tantos años, sentado débilmente en la banca del patio, no se movía, sólo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos.

Cuando me senté a su lado no se dio por enterado, y entre más tiempo pasaba, me pregunté si estaba bien.

Finalmente, no queriendo realmente estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía.

Levantó su cabeza, me miró, sonrió y me dijo con voz clara y fuerte:

- "Sí, estoy bien, gracias por preguntar".

-No quise molestarte abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieses bien", le expliqué.

- ¿Te has mirado alguna vez tus manos?" preguntó. "Quiero decir, ¿realmente te has mirado tus manos?"

Solté mis manos de las de mi abuelo, las abrí y me quedé contemplándolas. Les di la vuelta, palmas hacia arriba y luego hacia abajo.

- No!, creo que realmente nunca las había observado.

El abuelo sonrió y me contó esta historia:

- "Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido bien a través de los años. Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.

Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo.

Cuando niño, mi madre me enseñó a juntarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas.

Han estado sucias, raspadas, ásperas, hinchadas, cortadas, secas y dobladas. Se mostraron torpes cuando intenté sostener a mi hijo recién nacido.

Adornadas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien muy especial.

Ellas, temblaron cuando enterré a mis padres, y cuando caminé hacia el altar con mi hija en su boda.

Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y lavado y limpiado el resto de mi cuerpo, y hasta el día de hoy, cuando casi nada más en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y se siguen uniendo para orar.

Estas manos, son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida.

Pero más importante aún es, que son ellas las que Dios tomará en las Suyas cuando me lleve a casa".

- Desde entonces, nunca he podido ver mis manos de la misma manera…

Aún recuerdo cuando Dios estiró las Suyas y tomó las de mi abuelo y se lo llevó a casa.

Cada vez que voy a usar mis manos pienso en mi abuelo… es cierto, que nuestras manos son una bendición.

Hoy, me pregunto… ¿qué estoy haciendo con mis manos? ¿Las estaré usando para abrazar y expresar cariño, o las estaré usando para golpear, señalar y para expresar ira hacia los demás? "


¿Y ..ya viste tus manos

 


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