¿Alistando a tu hijo para la universidad? Esta lista podría serte útil
"Estas cosas no ocuparán mucho espacio en el auto pero ayudarán a mantener a tu nuevo universitario más seguro.
Tara Siegel Bernard prepara la maleta de Ron Lieber con pañuelos para cuando deje a su hija en la universidad el mes que viene.
12 de julio de 2024
12 de julio de 2024
Sábanas extralargas. Sandalias de ducha. Los ganchos que se pegan a la pared con masilla para sujetar cosas sin dejar marcas.
La mayoría de las universidades proporciona una lista de cosas que los nuevos estudiantes deben llevar si viven en el campus, y la mayoría de las grandes tiendas las tienen todas y algunas más.
Pero hay otra lista que quizá quieras tener en cuenta, que contiene cosas que no encontrarás al final de ningún pasillo de Target ni en la lista de deseos de Amazon de nadie.
Esta incluye un poder notarial que puede ayudar con la atención médica de tu hijo adulto, y otro, hecho por ti mismo, que abrirá el camino para que seas su primera llamada si por algún motivo acaba esposado. ¿Y qué te parecería facilitarle un par de pizzas a la medianoche?
La mayoría de las universidades proporciona una lista de cosas que los nuevos estudiantes deben llevar si viven en el campus, y la mayoría de las grandes tiendas las tienen todas y algunas más.
Pero hay otra lista que quizá quieras tener en cuenta, que contiene cosas que no encontrarás al final de ningún pasillo de Target ni en la lista de deseos de Amazon de nadie.
Esta incluye un poder notarial que puede ayudar con la atención médica de tu hijo adulto, y otro, hecho por ti mismo, que abrirá el camino para que seas su primera llamada si por algún motivo acaba esposado. ¿Y qué te parecería facilitarle un par de pizzas a la medianoche?
Cualquier lista de este tipo conlleva una advertencia. Algunas de estas cosas pueden estar bien, pero incluir la mayoría de ellas podría ser demasiado.
“Cuando la atadura al hogar es muy gruesa, los estudiantes no forman lazos en su nuevo lugar”, dijo Julie Lythcott-Haims, autora de Cómo criar a un adulto. “Sin querer, podrías estarle diciendo ‘no creo que sobrevivas allí sin que yo haga esto por ti’, y nunca queremos enviar ese mensaje”.
La siguiente lista debería darte unas cuantas buenas ideas. Nada en ella cuesta más de alrededor de 50 dólares, y muchas son gratuitas, lo que resulta útil considerando los altos costos de las matrículas.
Cuéntanos si tienes otras sugerencias. Nos basaremos en los comentarios de los lectores para crear otra lista el verano que viene — o este mismo mes, si recibimos suficientes ideas rápidamente.
Formularios y pases
Poder médico
Poder médico
Shari George Polur, abogada de Louisville, Kentucky, especializada en atención a personas mayores y con discapacidad, hizo a dos amigas de su hija un novedoso regalo de graduación que esperaba que nunca tuvieran que utilizar: un poder notarial para la atención médica.
A los 18 años, las personas adquieren el derecho a tomar sus propias decisiones médicas, así como la protección de la intimidad en virtud de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico. Un poder médico faculta a los padres o tutores para tomar decisiones médicas, y también puede permitirles acceder a los historiales médicos si su hijo está incapacitado.
“Se puede autorizar tanto o tan poco como se quiera”, explicó Polur. También sugiere obtener un poder general duradero para asuntos legales y financieros, que permitiría a los padres ocuparse de esos asuntos en caso de ser necesario.
Consentimiento para menores de 18 años
Aunque las leyes de privacidad pueden impedir que los padres sepan mucho sobre la enfermedad de un hijo en la universidad, es posible que los estudiantes que van antes de haber cumplido los 18 años no puedan recibir ningún tipo de atención sin el permiso explícito de los padres.
La Universidad de Florida Central, por ejemplo, exige rellenar un formulario de consentimiento cuando estos estudiantes buscan asesoramiento. Karen Hofmann, directora de los servicios psicológicos y de orientación de la universidad, sugiere hablar sobre el tema, más allá de simplemente firmar el formulario. Si un adolescente nunca ha acudido a un terapeuta, el apoyo de los padres puede disminuir cualquier vergüenza o renuencia a hacerlo.
Una tarjeta para ser la primera llamada
Si fuiste a la universidad en la época de los teléfonos públicos, probablemente recordarás las tarjetas que se usaban para pagar las llamadas. Cómpra una tarjeta vieja en eBay para hacer el asunto más divertido, o simplemente imprime la foto de una y móntala en algún marco barato. Luego entrégasela a tu hijo con instrucciones para que te llame a ti primero cuando se encuentre en grandes aprietos, sean del tipo que sean.
Por ejemplo, en caso de una detención, ya sea por identificaciones falsas, alteración del orden público, protestas o allanamiento de morada. Por otro lado, si tu hijo te tiene más miedo a ti que a las autoridades, puede que esa llamada nunca llegue.
Prueba con un guión como este: “Eres lo bastante listo como para no meterte en líos. Pero si tienes un desliz o te ves envuelto en alguna situación desafortunada, que yo sea tu primera llamada, para poder ayudarte a resolverlo”. Por cierto, esa solución puede incluir algo de dinero para el pago de una fianza o multas. De este modo, la tarjeta telefónica puede convertirse en una tarjeta para salir gratis de la cárcel.
En caso de un embarazo, recuerda que no todas las opciones médicas están fácilmente disponibles en todos los estados o zonas. ¿Quieres ser la primera persona que reciba una llamada al respecto? Dilo. La segunda llamada en ese caso podría ser a la escuela, que podría disponer de fondos de emergencia para sufragar los costos del viaje.
Tarjeta de usuario autorizado (también para emergencias)
Tal vez los padres recuerden lo fácil que solía ser conseguir una tarjeta de crédito para un estudiante universitario cuando eran jóvenes.
No obstante, esos días se acabaron debido a los cambios en la ley federal. Ahora, por lo general, hay que tener 21 años para solicitarla por cuenta propia.
Como alternativa, considera una tarjeta de usuario autorizado. Esta lleva el nombre de tu hijo, pero los cargos recaen en una sola cuenta: la tuya.
¿No estás seguro? La tarjeta puede servir para ser utilizada solo en caso de emergencia. Sea cual sea el uso que le dé, la tarjeta también ayudará a tu hijo a establecer un historial crediticio y una puntuación de crédito decente. Eso sí, solo si tú pagas tus cuentas a tiempo y mantienes otros buenos hábitos, pues tu buen comportamiento es lo que se reflejará en el usuario autorizado.
Historial médico y documentos compartidos
Llegará un momento en que recibas una llamada o un mensaje de texto a causa de una enfermedad o accidente, y quizás no puedas atenderla en el acto.
“Ahí estará sentado, será la 1 a.m. y necesitará puntos de sutura”, dijo Lisa Heffernan, cofundadora de Grown & Flown, una comunidad y página web para padres de adultos jóvenes.
Tal vez no contestes la llamada, y mientras tanto habrá una pregunta sin respuesta en el aire, como: ¿cuándo fue la última vez que se vacunó contra el tétanos?
Una solución podría ser una carpeta de documentos digitales que incluya los registros de vacunaciones y recetas, además de cualquier historial médico pediátrico que pudiera resultar útil. Puedes añadir fotos de una licencia de conducir, tarjetas del seguro médico, la página principal del pasaporte y cualquier otra cosa que podría resultar útil o perderse.
Todo lo demás
Huellas de ti mismo
Hace once años, Chanel Reynolds le contó a Ron acerca de las dolorosas lecciones que había aprendido sobre la preparación financiera tras la muerte prematura de su marido. Una de las recomendaciones que le dio fue dejar rastros de uno mismo; uno puede pasarse años conservando las obras de arte de un hijo sin crear jamás un objeto de su propia vida que su hijo pueda apreciar más adelante.
Cuando su hijo se fue a la universidad hace varios años, Reynolds metió a escondidas unas cuantas tarjetas escritas a mano entre algunas de las cosas que ambos habían empacado, sabiendo que las encontraría días o semanas después. Así fue, y él le enviaba un mensaje de texto cada vez que encontraba una.
Luego recibió una llamada que le alegró el corazón. “Me dijo por teléfono que había releído una de mis cartas”, contó. “Le pregunté cuál, y me dijo que aquella en la que le decía que estaba orgullosa de él y que confiaba en él y que tenía plena confianza en que sería capaz de resolver las cosas, incluso cuando fuera difícil”.
Lo bueno de dejar varias notas es que te da varias oportunidades de producir algo digno de releer. ¿Tu familia tiene un versículo bíblico favorito, o algún otro fragmento sagrado? Úsalo aquí. ¿Un dicho legendario del abuelo? Mételo en un calcetín.
Hace once años, Chanel Reynolds le contó a Ron acerca de las dolorosas lecciones que había aprendido sobre la preparación financiera tras la muerte prematura de su marido. Una de las recomendaciones que le dio fue dejar rastros de uno mismo; uno puede pasarse años conservando las obras de arte de un hijo sin crear jamás un objeto de su propia vida que su hijo pueda apreciar más adelante.
Cuando su hijo se fue a la universidad hace varios años, Reynolds metió a escondidas unas cuantas tarjetas escritas a mano entre algunas de las cosas que ambos habían empacado, sabiendo que las encontraría días o semanas después. Así fue, y él le enviaba un mensaje de texto cada vez que encontraba una.
Luego recibió una llamada que le alegró el corazón. “Me dijo por teléfono que había releído una de mis cartas”, contó. “Le pregunté cuál, y me dijo que aquella en la que le decía que estaba orgullosa de él y que confiaba en él y que tenía plena confianza en que sería capaz de resolver las cosas, incluso cuando fuera difícil”.
Lo bueno de dejar varias notas es que te da varias oportunidades de producir algo digno de releer. ¿Tu familia tiene un versículo bíblico favorito, o algún otro fragmento sagrado? Úsalo aquí. ¿Un dicho legendario del abuelo? Mételo en un calcetín.
Listas de reproducción
Dale un último abrazo. Sal del aeropuerto, de la estación de autobuses o de la residencia de estudiantes sin mirar por encima del hombro y romper a llorar. Luego, envíale a tu nuevo universitario una lista de reproducción llena de temas significativos.
Tal vez haya canciones que cantaban juntos cuando tu hijo estaba en la guardería. Quizá incluso tuvieron la suerte de tocar música juntos. Para los padres que llevaron a sus hijos a su primer concierto (o a sus primeros 10), seguro que hay momentos musicales destacados que merecen ser incluidos.
Esto puede ser un asunto delicado para las personas cuyos hijos consideran que su gusto musical es deleznable. Pero incluye esas canciones de todos modos, y luego añade algunas canciones significativas que ellos te hayan mostrado a ti, tal vez sin siquiera estar conscientes (hasta que reciban la lista de reproducción) de lo mucho que te gustan sus canciones.
Tal vez haya canciones que cantaban juntos cuando tu hijo estaba en la guardería. Quizá incluso tuvieron la suerte de tocar música juntos. Para los padres que llevaron a sus hijos a su primer concierto (o a sus primeros 10), seguro que hay momentos musicales destacados que merecen ser incluidos.
Esto puede ser un asunto delicado para las personas cuyos hijos consideran que su gusto musical es deleznable. Pero incluye esas canciones de todos modos, y luego añade algunas canciones significativas que ellos te hayan mostrado a ti, tal vez sin siquiera estar conscientes (hasta que reciban la lista de reproducción) de lo mucho que te gustan sus canciones.
La primera pizza
Para muchas familias, la comida es amor. Sin embargo, compartirles un plato es complicado si estás lejos. La comida también es comunidad, y puede ayudarte a construir una nueva si la compartes con los desconocidos adecuados.
Por eso, los fundadores de Grown & Flown recomiendan invitarles a los jóvenes su primer par de pizzas nocturnas, con la única condición de que las utilicen para atraer a algunas personas nuevas a sus círculos.
Un consejo de experto: muchos dormitorios universitarios y salas comunes tienen puertas que se cierran automáticamente. Mary Dell Harrington, la otra fundadora de Grown & Flown, sugiere añadir a la lista un tope de goma para la puerta para dejarla abierta, que el aroma a pepperoni se salga al pasillo y atraiga a otras personas hambrientas.
Una palabra de seguridad
Muchos padres dan montones de consejos no solicitados a sus hijos adolescentes. Puede que tu hijo esté cansado de eso. Y tal vez tú sepas que es un problema, pero no puedes evitarlo.
“Puede que esos consejos no ayuden a alguien a desarrollar habilidades para resolver los problemas que ve y con los que se encuentra”, dijo Frances Cloud, directora del centro de asesoramiento del Spelman College.
Si este es tu caso, Cloud sugiere reconocerlo ante tu hijo y proporcionarle una palabra de seguridad que pueda pronunciar cada vez que quiera hablar contigo, pero no pueda tolerar ningún juicio, comentario o instrucción.
En cuanto a la palabra, Cloud no recomienda ninguna en particular. “La palabra no es tan importante como lo que ocurre después de decirla”, dijo.
Lythcott-Haims, o “Decana Julie” para los miles de estudiantes de Stanford que se beneficiaron de su trabajo entre 1998 y 2012, se muestra un poco recelosa con todo este asunto de hacer listas y la posible reacción de tu hijo si te pasas. “Búscate un terapeuta o un pasatiempo”, dijo. “No le traigas una lluvia de tristeza a un joven que está intentando empezar una nueva etapa de su vida”.
Entendido. Pero aun así.
Uno quiere recibir llamadas, por cualquier motivo (o por ninguno), y contar con la palabra de seguridad podría hacer que los hijos sientan más confianza para hacerlas. Así que, después de tantas consideraciones, de empacar y de la matrícula —y, sí, de haber ido a Target—, no pasa nada si pides, con delicadeza, escuchar sus voces con regularidad.
Al fin y al cabo, también podrías estar dando el regalo de mantener a tu hijo en el plan telefónico familiar.
Tara Siegel Bernard escribe sobre finanzas personales, desde ahorrar para estudiar en la universidad hasta pagar la jubilación y todo lo demás. Más de Tara Siegel Bernard "
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