jueves, 30 de noviembre de 2017

Origen de ser un buen anfitrión

A propósito de las Fiestas de Quito, comentaba a mis compañeros de épocas escolares que Gualberto y Margarita (Integrantes fundadores del Café Charlón) tienen la grata  costumbre de invitarnos a su casa para celebrar y que eran unos magníficos anfitriones, por lo que ya constaba en mi apretada agenda (único evento)
Mi compañerito de la escuela Carlos Quelal, envió un mensaje de donde viene la palabra “Anfitrión”, indicaba:  mucho ojo ya que hemos vivido engañados por lo que una dosis de conocimiento gratuito no nos cae nada mal.

Consulté en internet el texto, existen diferentes sitios con la historia de “Anfitrión” y ubiqué lo más parecido, al mensaje de Carlos  en el sitio  O César o Nada, publicación Nadie quisiera ser un buen anfitrión…

“Anfitrión, al parecer, fue un importante general tebano del siglo II a.C., casado con una mujer muy bella llamada Alcmena.
Tal era su belleza que el mismo Zeus se enamoró de ella. En una de las ausencias de nuestro general por las guerras, Zeus adoptó la apariencia del bueno de Anfitrión y se acostó con una Alcmena convencida de estar gozando con su marido.
Tal era el deseo de Zeus que ordenó tres días continuos de noche para alargar su goce. Al final Alcmena quedó embarazada por partida doble, de Zeus (Hércules) y de su marido (Ificles).”

En el mensaje Carlos indica que el término “anfitrión”  pasó a tener el sentido de “Aquel que recibe en su casa” al sinónimo de cornudo tranquilo, pendejo y feliz.

Cuando alguien le diga que Usted es un buen anfitrión, mándelo a la … y por las dudas esté atento y vigile a su vieja, no vaya a ser que algún “Zeus” esté atendiéndola y al rato ande Usted feliz de la vida manteniendo a varios Herculi…, perdón … varios pequeños Hércules en su casa y de paso sonriéndole a su mujer.
Demasiada cultura puede ser un problema y ahora nadie quisiera ser un buen anfitrión …


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